Los rinconeros siempre han estado orgullosos de su Casa Fuerte Bezmiliana. Un edificio construido en el siglo XVIII por orden del Rey Carlos III como medio de defensa contra los piratas de la costa. Aquellos que iban de paso por la ciudad sólo reconocían una fortificación con una fachada algo más que deteriorada. Estaba cerrada y sin uso. Fue entonces, hace dos décadas, con Clemente Caballero como alcalde, cuando se inició el proyecto de remodelación y restauración del edificio. En 1992, la inauguró el entonces ministro de Cultura, Jordi Solé Tura. Se abrió al público y se convirtió en una de las salas de exposiciones más emblemáticas de la provincia de Málaga. Por ella, ya han pasado alrededor de 305 artistas. Todos, y algunos más de una, han regalado obras para el patrimonio cultural de Rincón de la Victoria. Ahora, dos décadas después, el Consistorio ha decidido exponerlo al público en una serie de muestras que recogerán la colección artística que posee el municipio. El aniversario se prolongará hasta el año que viene, dado que son 330 las obras que posee el Fondo de Arte de la Colección del Ayuntamiento de Rincón de la Victoria. Ayer se inauguraron las dos primeras exposiciones con 55 obras . En Bezmiliana donde están las piezas gráficas y con técnica mixta y en la Sala Mare Nostrum de La Cala del Moral donde están los dibujos y las acuarelas . "Queremos mostrar el recorrido artístico de la sala, que se ha convertido en un espacio expositivo de referencia gracias a los grandes artistas que han pasado por ella", destacó el alcalde Francisco Salado. De hecho, en la antigua fortaleza se han podido ver colecciones de Goya, Miro, Picasso, Dalí y Benjamín Palencia.

El edil de Cultura, Antonio José Martín, recordó que el objetivo de la Casa Fuerte Bezmiliana desde que empezó su andadura en 1992 ha sido acercar a la ciudadanía el arte contemporáneo en sus diferentes disciplinas artísticas, desde fotografía hasta grabado, pasando por pintura, dibujo, acuarelas, obras gráficas, esculturas, instalaciones y música. No obstante, todas las obras que ahora se pueden contemplar juntas, están expuesta en los distintos edificios municipales.

El pintor Eugenio Chicano, quien acudió ayer a la presentación, fue uno de los primeros en exponer en la Casa Fuerte Bezmiliana. Lo hizo el mismo año en el que se restauró; por eso, cuando concluyó quiso regalar al municipio una pintura de este edificio tan emblemático. Colocó el caballete en la acera al otro lado de la N-340 y se puso a pintarlo. El lugar habitual de este cuadro es el despacho de Alcaldía. "Es una sala muy atractiva y está muy bien organizada. En verano se llena de gente y en invierno están los buenos aficionados", explicaba ayer Chicano, quien apuntaba que curiosamente la puerta principal es la que hoy se utiliza como trasera. Así, la que se divisa desde la calle es la de las caballerizas. A la inauguración de la exposición también acudieron Enrique Brinkmann, José Vertedor, José Luis Gutiérrez Repullo, José Seguiri, Francisco Selva, Martín Serna y Francisco Aguilar. "Es un espacio muy a tener en cuenta y seguir. Es muy abierto, multidisciplinar y ha sabido acoger a todas las generaciones de artistas malagueños", apostilló éste último quien tuvo su colección en 2002. También ese año colgó sus cuadros Brinkmann. "Me encanta exponer aquí. Es un edificio que gusta. Tiene muy buena dirección y coherencia. Saben cuidar ciertos detalles que siempre me han gustado", manifestó Brinkmann. En esto mucho tiene que ver la directora de la sala Carmen Aguilar a quien todos elogiaron su labor al frente de Bezmiliana y la Sala de Las Musas. "Es muy fácil cuando llamas a un artista para decirle que van a exponer en la Casa Fuerte. Cuando vienen se enamoran. Ella es la que me ha servido a mí para convencerlos", sonríe Carmen, para quien la fortaleza "se acomoda a cualquier tipo de obra".