Cultura

Daniel Casares lleva a Bolivia el ‘Concierto de Aranjuez’ con aire flamenco

  • El malagueño realizará un repaso “de forma solitaria” de su disco ‘Picassares’, que es un homenaje a Pablo Picasso

El guitarrista malagueño Daniel Casares.

El guitarrista malagueño Daniel Casares. / Martín Alipa / Efe

El malagueño Daniel Casares, un enamorado de la guitarra desde que tiene uso de razón, ha llegado a Bolivia por primera vez para interpretar el Concierto de Aranjuez, una pieza que considera “imprescindible” para cualquier guitarrista, aunque su versión tendrá un aire flamenco.

Casares (Málaga, 1980) ya se presentó el jueves en Tarija junto al talento juvenil de la Orquesta Filarmónica de esa ciudad del sur boliviano que le volverá a acompañar en un concierto esta noche en la Basílica Menor de San Francisco, uno de los sitios más emblemáticos de La Paz.

En una entrevista con Efe, Casares aseguró sentirse “encantadísimo” de estar en Bolivia para participar en esta iniciativa organizada por la empresa energética española Repsol y el Centro Cultural de España en La Paz. La pieza elegida para el recital es el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, porque a juicio del malagueño “es la obra de guitarra más universal que existe”.

“El maestro Rodrigo hizo una obra maravillosa, una composición maravillosa y como guitarrista yo creo que es imprescindible pasar por ahí. Mi estilo es el flamenco, pero yo creo que como guitarrista es fundamental alguna vez en tu vida tocar el Concierto de Aranjuez”, sostuvo Casares. En una segunda parte del concierto, Casares hará un repaso “de forma solitaria” de su disco Picassares, que es un homenaje flamenco a Pablo Picasso.

Estas presentaciones en Bolivia también serán el preámbulo al lanzamiento de su nueva producción musical, Concierto de Aranjuez + La luna de Alejandra, el próximo 16 de noviembre. Así, el nuevo disco de Casares incluye la interpretación de la obra de Rodrigo junto a la Orquesta Filarmónica de Málaga, y La luna de Alejandra, que es una obra sinfónica que ha compuesto en honor a su hija. “Es una obra que ha quedado muy bonita, la grabación y los arreglos del maestro Arturo Díez Boscovich y de José Miguel Évora han sido maravillosos, así que deseando que salga y que todo el mundo que quiera lo pueda disfrutar”, afirmó.

Aunque en su familia no hay antecedentes artísticos, ni algún otro músico, Casares se sintió atraído por la guitarra desde niño. “Yo, sin saber por qué, desde que tengo uso de razón siempre tenía como una obsesión con la guitarra. Yo cogía la escoba de mi madre y ya pensaba que aquello era una guitarra con 6 o 7 años”, rememoró.

Empezó a tomar clases de guitarra a los 8 años y ya estaba “enamorado completamente del instrumento y del estilo que es el flamenco”, y a los 14 empezó a componer sus propias canciones. A los 16 años empezó a presentarse en eventos como el Festival del Cante de las Minas en La Unión (Murcia), el más prestigioso del flamenco en España, y obtener galardones como el “Bordón Minero de la Unión”.

“Luego empecé a grabar discos y siempre enamorado de la música, con mucho respeto a mis compañeros, haciendo las cosas lo más honesta y dignamente posible”, aseguró.

Como flamenco, su modelo a seguir “siempre ha sido el genio Paco de Lucía que, aunque desgraciadamente ya no está con nosotros, seguirá siendo el referente de la música flamenca” y no solo para quienes la interpretan, sino también para músicos de otros géneros.

Aunque su estilo es el flamenco, señaló que siempre intenta nutrirse “de otra música y de otros músicos, de otros estilos”, por lo que también admira a guitarristas clásicos como los españoles Narciso Yepes y Andrés Segovia, o el australiano John Williams, y en el género del jazz a Pat Metheny y George Benson.

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