Chema Madoz juega con la noción de realidad en el Museo del Patrimonio
El artista madrileño, Premio Nacional de Fotografía en 2000, presenta hasta el 24 de mayo una colección de instantáneas con las que pretende "dejar ver qué hay al otro lado del mundo"
Una taza de café con un sumidero de lavabo en su fondo o un canto rodado que se puede abrir como un monedero son algunos de los objetos cotidianos que el madrileño Chema Madoz, Premio Nacional de Fotografía en el año 2000, altera en las imágenes seleccionadas para la exposición que inauguró ayer en el Museo del Patrimonio Municipal de Málaga. Para Madoz, sus fotografías "permiten diferentes niveles de lectura, son abiertas y no pretenden dirigir la atención en una dirección muy concreta, sino que el espectador haga su propia lectura". Con la intención de "dejar una puerta abierta", las imágenes carecen de título, ha afirmado en rueda de prensa el artista, que trabaja siempre en blanco y negro "para que el espectador tome conciencia de manera mucho más inmediata de que está ante un ejercicio de representación". De esa forma, se produce un "corte con la idea o noción de realidad" a través de "la reelaboración y las pequeñas manipulaciones y alteraciones que pretenden trastocar el sentido de la realidad o de esos objetos que nos rodean, como una especie de falla o fractura que nos deja ver qué hay al otro lado del mundo".
El fotógrafo madrileño admite que hay algunos de estos objetos "que se repiten a lo largo de los años", como los relacionados con la música, los libros o el agua en diferentes formas, como las gotas o los cubitos de hielo.
Esa "reiteración" se debe "a la capacidad de sugerencia de esos objetos", y por ejemplo siempre que toma una fotografía de un libro se queda "con la sensación de que algo se ha quedado fuera o se ha escurrido de los dedos". Por el contrario, hay objetos que nunca vuelve a fotografiar porque piensa que "difícilmente se podría hacer otra imagen" al parecerles "más planos y menos atractivos". Madoz se centró en los inicios de su carrera, a mediados de los años 80, en la figura humana, que desapareció de sus fotografías a partir de los 90 para empezar a trabajar con objetos. Ello se debe a una "decisión clara" que pretende "articular un lenguaje a partir de elementos en principio fríos y que nos rodean en el día a día, pero que pertenecen al ser humano".
"Esos objetos son los encargados de cubrir nuestras necesidades y son los mediadores con nuestros sueños, por eso trabajar con los objetos es como trabajar con las personas", añadió. Esta muestra, que recoge los trabajos de Chema Madoz entre 2000 y 2005, permanecerá instalada en el Museo del Patrimonio Municipal hasta el próximo 24 de mayo.
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