Cultura

Cien años de Escobar

  • En 2008 se cumple el centenario del nacimiento de un gigante de las viñetas españolas, el creador de los gamberros Zipi y Zape y el hambriento Carpanta

Granollers, 1925. Un chico de trece años se matricula en una escuela de dibujo con el deseo de convertirse en dibujante humorístico. Su profesor le indica que para ello antes debe perfeccionar su dominio del dibujo artístico, y le entrega una lámina de un frondoso árbol para que la copie de la manera más exacta posible. "¿Y tengo que dibujar todas las hojas?", pregunta el chico. "Por supuesto", replica el profesor. La respuesta del joven es inmediata: "Entonces volveré en otoño, cuando se hayan caído todas las hojas".

La anécdota anterior es una muestra del excepcional ingenio de aquel chico, que no era otro que Josep Escobar Saliente (Barcelona, 1908-1994), dibujante de historietas, autor teatral, inventor y creador entre muchos otros personajes de Zipi y Zape, Carpanta o Petra. Cien años después de su nacimiento, la figura de Escobar permanece en el recuerdo de los aficionados al tebeo, y su obra forma ya parte de la cultura popular española. Un lujo al alcance de muy pocos dibujantes de cómics.

A finales de los años veinte, Escobar publica sus primeros dibujos en semanarios y revistas. En 1929 colaborará en una revista de gran tirada, Gigronet, editada por El Gato Negro, antecesora de la Editorial Bruguera. En los años treinta publica sus colaboraciones en TBO o Pocholo, principales cabeceras infantiles de la época. Además, Escobar tomará contacto con el mundo de la animación, y formará parte de la plantilla de Hispano Grafic Films. Durante la Guerra Civil, Escobar seguirá publicando en revistas satíricas de adscripción republicana. Ello provocará que en 1939 ingrese en la cárcel Modelo de Barcelona como prisionero político. Tras una estancia de año y medio en prisión, Escobar recobra su libertad, aunque se mantiene un tiempo alejado del cómic y vuelve a trabajar en películas de animación.

En 1944 publicará nuevas historietas, y en 1947 llega el momento de su consagración: la nueva revista Pulgarcito. Su viejo patrón Joan Bruguera cuenta con él para lanzar su recién nacida Editorial Bruguera al estrellato. Entre 1947 y 1948 crea a Zipi y Zape y a Carpanta. El éxito es fulgurante. En 1951 llega Doña Tula y en 1954 Petra. Sin embargo, la férrea política de retención de royalties de Bruguera, motivó que Escobar, acompañado por varios dibujantes de la casa, creara la revista Tío Vivo en 1957. Desgraciadamente, su aventura, que podía haber sentado un precedente en la lucha de los autores por sus derechos, fracasa debido a la mala gestión y es precisamente Bruguera quién adquiere la nueva cabecera. Así que Escobar vuelve al cobijo de la casa barcelonesa, a la que seguirá vinculado hasta la bancarrota del grupo a finales de los 80.

Escobar probará entonces fortuna con nuevos personajes (unos sosias de sus Zipi y Zape llamados Terre y Moto) en la editorial Grijalbo. Finalmente, Escobar volvió a trabajar con sus antiguas creaciones hasta su muerte en 1994.

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