Cultura

Cine (leído) en Manantial

  • La colección 'Texturas' de la editorial argentina Manantial llega a las librerías para ofertar algunos de los ensayos sobre cine más estimulantes del momento

El cine clásico, Una juguetería filosófica, Cine (y) digital, El discurso cinematográfico, Hitchcock, La vanguardia en el cine, Cine contra espectáculo. Varios precios.

En una época en la que el sector español de la edición de libros (serios) sobre cine se ha convertido en rara y dispersa excepción, es una gran noticia que empiecen a circular con regularidad en nuestras librerías los títulos de la editorial argentina Manantial, en cuya colección Texturas encontramos ya casi una decena de referencias que iluminan algunos ámbitos de investigación sobre el fenómeno cinematográfico que no tienen cabida en otras líneas editoriales, orientadas a lo exclusivamente académico o, en el peor de los casos, a la nostalgia, las listas o el anecdotario.

Ya a comienzos de la década llegaron, vía importación, algunos apuntes del futuro de la colección: Filmología, de David Oubiña, y las dos entregas de Pensar el cine, coordinadas por Gerardo Yoel, libros que recopilaban artículos teóricos sobre cine moderno y contemporáneo en torno a los conceptos del cuerpo, la temporalidad, las nuevas tecnologías, la imagen, la ética o la filosofía, y por los que desfilaban estimulantes firmas jóvenes argentinas junto a autores de reconocido prestigio en el ámbito francófono como Comolli, Badiou o Ishaghpour. Aquellos primeros libros ponían también su punto de mira en algunos de los cineastas clave de esta época (Ming-liang, Sokurov, Martel, Kiarostami), al tiempo que sintonizaban el radar de ese renovado canon de la cinefilia mutante con Godard, Rivette, Herzog o Rocha en su nuevo centro.

A aquellos tres volúmenes siguieron, ya dentro de la nueva colección Texturas, los títulos El cine clásico (Eduardo A. Russo), Cine (y) digital (Jorge LaFerla), El discurso cinematográfico (Ismail Xavier) y Una juguetería filosófica (David Oubiña). En el primero de ellos, Russo actualiza el concepto de clasicismo en la historia y la teoría del cine para cuestionar lugares comunes y falsas certezas respecto a un modelo dominante del que se habla con rotundidad sin matizar sus fisuras, fronteras e hibridaciones, de Griffith a Eastwood. En el segundo, Laferla se adentra en el cine contemporáneo a través de sus transformaciones a la luz de las nuevas tecnologías, para trazar las coordenadas de un nuevo mapa creativo en el que caben el documental en primera persona, el cine-ensayo, el espectáculo tridimensional o la videocreación más experimental. Por su parte, el brasileño Xavier regresa a algunas de las cuestiones esenciales de la teoría del cine para poner énfasis en la oposición entre transparencia (el efecto-ventana de la pantalla de cine) y opacidad (el efecto de la pantalla como superficie y como composición visual), mientras que en Una juguetería filosófica David Oubiña establece los puentes, a veces invisibles, que conectan las prácticas del pre-cine (Muybridge, Marey) con el espectáculo cinematográfico de nuestra era, o lo que es lo mismo, alumbrar lo que perdura de la idea de la ilusión del movimiento en el cine moderno.

Tres nuevas referencias se acaban de incorporar a la colección. La primera recupera uno de los libros fundacionales de la política de autores de Cahiers du cinéma, el mítico Hitchcock que escribieron juntos en 1957 Chabrol y Rohmer, un trabajo entusiasta, minucioso y demostrativo que sentó las bases del prestigio del director británico como "uno de los más grandes inventores de formas de toda la historia del cine".

La segunda, La vanguardia en el cine, es una traducción del premiado libro del profesor François Alberá que recorre el cine de vanguardia desde los agitados años 20 (marcados por el impresionismo, el surrealismo, el dadaísmo o el cine abstracto) hasta el Dogma95 danés, como manifestación radical, antiburguesa, violenta y política que cuestionó y sigue cuestionando, tal es su vigencia, el orden establecido de la estética convencional. La tercera recupera dos textos fundamentales de la etapa más políticamente radicalizada de los Cahiers: se trata de Cine contra espectáculo y Técnica ideología (1971-1972), de Jean-Louis Comolli, dos textos surgidos al rebufo del Mayo francés fuertemente influenciados por el marxismo que proponen un combate contra la alienación implícita en el espectáculo cinematográfico como ejercicio para "salvar y mantener algo de la condición humana del hombre" a través de un espectador que ha de ser esencialmente crítico, "capaz de ver y escuchar los límites del ver y escuchar".

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