Concha Velasco, antes de recibir el Goya: "No veo la necesidad de pensar en la retirada"
Concha Velasco está más sonriente que nunca por recibir el próximo 17 de febrero el Goya de Honor de la Academia del Cine, un premio que, hasta reconoce, ha pedido públicamente. Ahora bien, que nadie piense que ello va a suponer, o que pueda anunciar, su retirada. "¿Retirarme yo?. ¡Me quedan tantos personajes por hacer!", dijo ayer al tiempo que daba pistas sobre uno que le gustaría interpretar: La Celestina. "No veo la necesidad de pensar en la retirada", insistió. Es más, le pide a Dios que le salgan "más arrugas" para "poder quitarle todos los papeles a las actrices" de su edad "que quedan", bromeó. La Velasco se plantó ayer ante un numerosísimo grupo de periodistas para dejar bien claro que el Goya de Honor la ha hecho inmensamente feliz - "soy una de las mujeres más felices que hay sobre la tierra", insistió- y que para ella es un gran honor recibirlo.
Porque entiende, además, que con él se reconoce a aquella generación de actores y actrices que como ella iniciaron sus carreras a finales de los años 50 o comienzos de los 60 del siglo pasado. Y sí, le permite sacarse la espina de cuando en 1997 creyó que su trabajo en Más allá del jardín, de Pedro Olea, película por la que era candidata al Goya a la mejor actriz, le iba a permitir sumar un importante premio a su ya larga lista de premios. "Me quedé con las ganas. Se lo llevó Emma Suárez", recuerda hoy. Sobre este "chasco", por el que lloró como una Magdalena, esa noche y otras posteriores, ha llegado a "reirse" públicamente en su último espectáculo teatral, Yo lo que quiero es bailar, un musical dirigido por José María Pou.
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