Convento de la Trinidad:La falsa moneda

La solicitud del alcalde a la Junta para que deje el edificio en manos municipales constituye el último episodio de una historia de fracasos

1. Pasillo superior del claustro del Convento de la Trinidad. 2. Fachada principal de la iglesia, en una imagen de 2004. 3. El entonces consejero de Cultura Paulino Plata presenta las obras de consolidación del convento en enero de 2012. 4. Aspecto de la nave principal del edificio una vez concluida la intervención. 5. Imagen incluida en el proyecto arquitéctonico 'Los ecos de la palabra', de Aires Mateus, Ramón Pico, Javier López, Grupo Entorno y Rayuela Infantil, que ganó en 2007 el concurso público del Parque de los Cuentos.
1. Pasillo superior del claustro del Convento de la Trinidad. 2. Fachada principal de la iglesia, en una imagen de 2004. 3. El entonces consejero de Cultura Paulino Plata presenta las obras de consolidación del convento en enero de 2012. 4. Aspecto de la nave principal del edificio una vez concluida la intervención. 5. Imagen incluida en el proyecto arquitéctonico 'Los ecos de la palabra', de Aires Mateus, Ramón Pico, Javier López, Grupo Entorno y Rayuela Infantil, que ganó en 2007 el concurso público del Parque de los Cuentos.
Pablo Bujalance

Málaga, 10 de septiembre 2017 - 02:06

Aunque culminadas ya bien entrado el siglo XVI, las obras de construcción del Convento de la Trinidad comenzaron en 1494, justo en el área extramuros en la que se instaló la reina Isabel La Católica en 1487. El rey Fernando había desplegado su campamento en el entorno de lo que hoy es la basílica de la Victoria para organizar desde esta zona elevada la Reconquista, pero la presencia de la reina se hizo necesaria no mucho después: Fernando de Aragón creía que la toma de Málaga iba a ser un paseo pero se encontró con que los infieles decidieron oponer resistencia. En las tropas castellanas a su mando la noticia no sentó precisamente bien y comenzaron las suspicacias ante la evidencia de que iban a tener que jugarse la vida. La llegada de Isabel de Castilla, que no estuvo prevista en un principio, se acordó con urgencia a modo de garantía para los soldados castellanos de que su reina compartía la decisión de su esposo. La monarca instaló su base en las afueras, en un lugar seguro lejos de la refriega. Dejó allí una ermita en honor a San Onofre y en torno a la misma empezó a construirse el convento, destinado a los padres trinitarios calzados. La comunidad religiosa vivió en el edificio, alzado sobre una superficie de 11.000 metros cuadrados, hasta la desamortización de Mendizábal por la que el inmueble fue destinado a uso militar. Hasta 1975 sirvió de cuartel a la Guardia Civil y en 1980 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Entre 1983 y 1986, el Gobierno invirtió 360.000 euros para una restauración que evitó su derrumbe in extremis, pero desde entonces la historia del Convento de la Trinidad está asociada a la ruina, el olvido, el expolio y el fracaso político. La reciente solicitud del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, a la Junta de Andalucía, titular del edificio, para que deje el antiguo convento en manos municipales, ha devuelto a la actualidad un emblema tan cargado de razones como de menosprecios. Posiblemente el tesoro del patrimonio malagueño que peor trato acumula desde las administraciones públicas.

Todavía insiste De la Torre en que el Convento de la Trinidad habría sido el emplazamiento ideal del Museo Arqueológico Provincial, integrado al final junto al Museo de Bellas Artes en el Museo de Málaga, inaugurado en el Palacio de la Aduana en diciembre del año pasado. En realidad, la suya es una reclamación muy antigua: ya en los años 70, cuando la colección arqueológica languidecía en una exposición impropia en la Alcazaba (antes de languidecer definitivamente durante largas décadas metida en cajas en un local de la Avenida de Europa), se señalaba al Convento de la Trinidad como emplazamiento idóneo para sus fondos. A partir del cambio de siglo y las diversas manifestaciones que reclamaban el uso museístico del Palacio de la Aduana, el devenir del Convento de la Trinidad ha estado siempre vinculado al mismo. Cuando, en junio de 2004, la entonces ministra Carmen Calvo anunció el traspaso de la Aduana del Ministerio de Administraciones Públicas a Cultura, esta naturaleza museística ya quedó garantizada y lo cierto es que, por más que De la Torre y el PP se empeñaran en lo contrario, tanto el Gobierno de España como la Junta de Andalucía se mostraron favorables a unir las dos colecciones, que siempre habían pertenecido al Museo de Málaga, en un único espacio. Eso sí, los vecinos de La Trinidad se movilizaron por su cuenta para hacer del convento un museo: en el mismo 2004, poco antes de que el Gobierno (todavía titular del inmueble) destinara otros 100.000 euros para evitar el derrumbe, la Asociación de Vecinos Trinidad-Centro presentó un proyecto para instalar en el convento un museo dedicado a la historia de Málaga y su provincia que habría de llamarse Expo-Málaga; al Ayuntamiento la idea le gustó en parte, ya que por entonces buscaba sede para su Museo del Patrimonio, pero seguía decantándose por el Museo Arqueológico para el edificio.

A todo esto, faltaba aún una solución para trasladar la Subdelegación del Gobierno y dejar libre la Aduana para el Museo de Málaga. La solución la puso sobre la mesa en febrero de 2005 el PSOE, que entonces ostentaba el poder tanto el Gobierno Central como en el Andaluz: bastaba con una permuta por la que la Junta cediera al Gobierno el antiguo Hospital 18 de Julio de la Caleta para instalar allí la Subdelegación y la Junta, a cambio, recibiría el Convento de la Trinidad para destinarlo a un uso cultural. Con la maniobra se esfumaron las últimas esperanzas de De la Torre de ver el Museo Arqueológico en la Trinidad, dado que la Junta siempre se mostró favorable a unificar las colecciones. De cualquier forma, la permuta se ratificó ese mismo mes mientras diversas plataformas se aliaban para pedir el uso museístico del convento y repetir el milagro de la Aduana, aunque sin éxito. En julio, el Gobierno, todavía titular del edificio, tuvo que invertir otros 150.000 euros de emergencia para evitar que el convento se viniera abajo. Y durante casi un año entero la Junta guardó silencio sobre sus intenciones para el inmueble.

Fue en diciembre de 2005, ya con la permuta completada, cuando la entonces consejera Rosa Torres anunció el proyecto del Parque de los Cuentos para el Convento de la Trinidad. El alcalde respondió de inmediato mostrando su preferencia por el Museo Arqueológico y la mayor parte de la sociedad malagueña respondía con escepticismo ante lo novedoso de la propuesta: un centro de investigación dedicado a la literatura popular de transmisión oral. Pero la iniciativa siguió su marcha: en verano de 2006, el Gobierno acordó la inversión de un millón de euros en el convento a cargo del 1% cultural y la Junta anunció un calendario para la rehabilitación con un presupuesto de 600.000 y una primera estimación de 300.000 visitantes anuales al Parque de los Cuentos. El concurso arquitectónico, sin embargo, no se convocó hasta junio de 2007, con una licitación de 308.000 euros. Tras la presentación de ocho candidaturas, la mesa responsable señaló como ganador el proyecto Los ecos de la palabra, presentado por Aires Mateus, Ramón Pico, Javier López, el Grupo Entorno y Rayuela Infancia. El coste total de la rehabilitación del Convento de la Trinidad y la construcción del Parque de los Cuentos, de 8.000 metros cuadrados, se cifró entonces en treinta millones de euros. En 2008 comenzó la rehabilitación, que se prolongó hasta 2011. A finales del mismo 2008 se entregó el proyecto básico de ejecución con una inversión de 885.000 euros.

En marzo de 2011, el nuevo consejero de Cultura, Paulino Plata, anunció la continuación de las obras de rehabilitación, especialmente en el claustro del convento. E hizo entonces un anuncio significativo: el edificio acogería una sede del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). Plata indicó que estas dependencias compartirían la extensión del convento con el Parque de los Cuentos, aunque ya entonces apuntó que la Junta estudiaba la viabilidad del mismo por "problemas técnicos". En junio, el consejero anunció una inversión de 10 millones de euros para el centro del IAPH en el Convento de la Trinidad sin mencionar el Parque de los Cuentos, que ya para entonces se daba por muerto y enterrado. La inauguración del Museo de Málaga, prevista para 2012, se retrasó hasta 2013 aunque en enero de 2012 Celia Villalobos, entonces vicepresidenta primera del Congreso y con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, apuntó a 2014 "dada la opacidad que hasta ahora ha caracterizado este asunto". Ante las inminentes elecciones autonómicas, el PP advirtió de que llevaría el Arqueológico al Convento de la Trinidad si ganaba en Andalucía. En enero de 2012, Plata anunció que la sede del IAPH llevaría por nombre Centro de Bienes Culturales y Patrimonio Mundial (CBC-PM), que aglutinaría todas las políticas andaluzas dirigidas al Patrimonio Histórico. En julio, el nuevo consejero, Luciano Alonso, anunció además la inclusión de un centro dedicado al arte rupestre amparado por la Unesco.

También en 2012, la Junta derribó los pabellones militares anexos al convento y una plataforma ciudadana denunció por ello al Gobierno andaluz. En octubre, la Audiencia de Málaga descartó la comisión de delito al carecer de protección las estructuras eliminadas. En febrero de 2013, una vez que el Gobierno había confirmado que no aumentaría la partida presupuestaria de 50.000 euros para el antiguo Colegio de San Agustín, Alonso anunció de manera unilateral el traslado de la Biblioteca Provincial al convento. El nuevo cambio de rumbo se confirmó poco después con una estrategia similar a la de Plata: en un principio, Alonso afirmó que la Biblioteca compartiría el Convento de la Trinidad con el centro de arte rupestre, pero en sus siguientes intervenciones no hizo ya mención alguna ni al mismo ni al CBC-PM de Paulino Plata. El consejero anunció una convocatoria pública para la redacción del proyecto que habría de publicarse en junio, mientras que en septiembre se darían por concluidas las obras de "consolidación" del convento tras una inversión de 3.568.920 euros. En marzo de 2013, el portavoz del PP en el Parlamento Andaluz, Antonio Garrido, apoyaba el traslado de la Biblioteca al Convento de la Trinidad mientras Francisco de la Torre insistía en que la solución idónea para el mismo era el Museo Arqueológico. En agosto de 2014, el Gobierno de España y la Junta de Andalucía acordaron comenzar con el traslado en septiembre. Pero a última hora el Gobierno se echó atrás por "diversos informes técnicos y problemas en el proceso de afectación". A finales de 2015, el Gobierno volvió a señalar el Colegio de San Agustín como sede para la Biblioteca Provincial pero la iniciativa sigue desde entonces bloqueada. La consejera Rosa Aguilar no hizo una sola mención al convento al frente de Cultura, pero supo dirigir toda la atención a la inauguración del Museo de Málaga en diciembre de 2016. Hace sólo unos días, su sucesor, Miguel Ángel Vázquez, anunció la puesta en marcha de una mesa técnica para el Convento de la Trinidad, sin presupuesto, y admitió que la Junta carece de planes para el edificio, que sigue sumido en la ruina. La falsa moneda.

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