Cultura

Corniloquio o la recuperación de la trompa

Festival de Música Antigua. Sala María Cristina. 29 de junio. Director: Javier Bonet. Músicos: Javier Bonet Ovidi Calpe, Francisco Delgado, Vicente Giner, Vicente Navarro, Juan Pavía(trompas, Miguel Ángel Tallante (órgano). Aforo: 80 personas.

El grupo de trompas naturales Corniloquio, uno de los pocos en su género en el panorama internacional, protagonizó el tercer concierto del festival. Al frente, el versátil trompista Javier Bonet, a quien ya tuvimos ocasión de escuchar el pasado otoño, interpretando junto a la OFM el Ab origene de Salvador Brotons, con una magistral demostración de dominio del instrumento en sus distintas variantes, desde la más primitiva, la caracola de mar, hasta la espectacular trompa alpina.

De la caza al teatro se reveló como un programa de evidente vocación pedagógica, que recorría en dos tiempos el proceso de incorporación de la trompa a la música seria proveniente de su hábitat natural, la caza y la guerra. Desde su arranque con la Sinfonía de caza de Mozart hasta el eco ancestral de las trompas alpinas la primera parte del concierto resaltó la conexión del instrumento con la naturaleza. Aquí hay que situar el concierto cómico La Choisy, de Corrette, donde la trompa aparece como una anomalía o una curiosidad. La segunda parte, con sendas transcripciones de Händel para trompa barroca, representaba ya la integración del instrumento en sociedad.

Conducir, como hace Corniloquio, un grupo de trompas naturales a la manera de un conjunto de cámara se antoja una empresa dificilísima. Pero las propiedades acústicas de la sala y el virtuosismo de los músicos se aliaron para lograr un resultado realmente excepcional.

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