Criaturas mutantes 'by' Lorenzo Saval

UN hangar es lo que Lorenzo Saval (Santiago de Chile, 1954), director de la revista Litoral, parece tener por imaginación -él mismo lo asegura-. Los hangares son desahogados, ofrecen infinitas posibilidades en su interior: tantas como las criaturas que atraviesan la nueva exposición del editor y artista, Mutantes y Cía, abierta al público en la Galería Taller Gravura (Pasaje de Dolores de San Juan, 3-1º) hasta el 26 de enero. Identidades y objetos expuestos a la mutabilidad, así como formas cuyo comportamiento depende de la técnica elegida por un autor que se mueve a gusto en los artificios de la mixtura y el collage. Técnicas que le han permitido, en esta ocasión, fabricar una serie de aviones sin piloto, cargados de paradojas inexistentes o ironías malévolas (Dron Pacificador, 2014), aparte de plasmar su imaginario femenino en barajas de póquer. Porque la femme de Saval aparece encarnada en el cuadro interestelar de Galáctica con tacones (2013), o en una colección de piezas con la Venus como protagonista. Pequeños formatos en los que la diosa adquiere múltiples máscaras -el artista se apropia de la invitación especular vía Velázquez, o hermana la representación romana con Kali, si bien las extremidades múltiples de la potente diosa india se invierten-. La surrealidad de lo marítimo se cuela en la intimidad de una sala-taller que es lugar para la creación y la exhibición. Así, las láminas amontonadas sirven de oleaje ficticio a la serie Mutantes (2013-2014), en la que las miradas egipcias observan, inmutables. Aunque en el hangar de Saval se esté gestando su reencarnación.