Crítica de Cine

Cuento de navidad en septiembre

la puerta abierta

Comedia dramática, España, 2016, 84 min. Dirección y guion: Marina Seresesky. Fotografía: Roberto Fernández. Música: Mariano Marín. Intérpretes: Carmen Machi, Terele Pávez, Asier Etxeandía, Paco Tous, Sonia Almarcha, Christian Sánchez, Emilio Palacios, Yoima Valdés, Monika Kowalska, Mar Saura. Pendiente de estreno en Málaga.

Con qué poco se contenta uno a veces. O dicho de otra manera, qué poco hace falta para conseguir una buena película: una pequeña historia, un tono justo, dos o tres actrices en estado de gracia, no demasiadas pretensiones de actualidad, trascendencia o estilización.

En fin, con todo eso, que no es poco realmente, me recompensa La puerta abierta, el filme de debut de la argentina Marina Seresesky, una comedia dramática, o un drama cómico, como prefieran, que recupera a la vieja corrala de vecinos como escenario y microcosmos, como territorio realista desde el que desplazarse, sutil y elegantemente, hacia el cuento de Navidad como género universal.

Seresesky ha creado criaturas creíbles y entrañables, con más defectos que virtudes, imperfectas y humanas, en definitiva, y las sabe llevar, gracias a la colaboración inestimable de Carmen Machi, Terele Pávez y el resto del elenco, todos a una, hacia un terreno de pequeños conflictos cotidianos que se despliegan como una posibilidad de aventura, como una invitación al juego y a la huida, como un ejercicio de autoconciencia tragicómica que se fragua en pequeños gestos (ver fumar a la Machi es todo un espectáculo) y detalles de complicidad, en réplicas justas, en un dominio del tempo que convierte a esta pequeña película de cámara en un modelo ejemplar de lo que el cine costumbrista y popular puede llegar a dar de sí cuando está en las manos adecuadas y con el tacto justo, lejos de las fórmulas y el estereotipo, a muerte con su historia y sus personajes. Y eso es bueno.

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