Cultura

La Fura presenta su Degustación de Titus Andrónicus en “la carnicería William ‘Aguilar’ Shakespeare”

  • El director Pep Gatell y los actores Joaquim Revenga ‘Tatín’ y Diana Bernedo se rodean de casquería para hablar de una obra caníbal y llena de alta cocina

“Bienvenidos a la carnicería William ‘Aguilar’ Shakespeare”. Con estas palabras y un corazón y un pulmón de vaca en las manos empezó el director Pep Gatell la presentación a los medios de Degustación de Titus Andrónicus, “la primera tragedia que escribe Shakespeare y la piedra filosofal del resto de sus obras dramáticas”. Gatell, acompañado de Joaquim Revenga ‘Tatín’, que interpreta al emperador Saturnino, y Diana Bernedo, la reina goda Tamora, ofreció esta mañana la rueda de prensa de la obra de La Fura dels Baus en la carnicería Aguilar, regentada por Pepe Aguilar en el céntrico Mercado de la Merced, de Málaga. Allí, rodeado de las carnes, embutidos y casquería, explicó que barruntaban desde hacía tiempo hacer un espectáculo basado en la comida, aunque tuvieron que pulir mucho la idea para sobreponerse a su sangrienta reputación: “Éramos conocidos por las vísceras que arrojábamos a la gente, por lo que necesitábamos a un ‘partenaire’ con mejor currículum: un gastrónomo, no alguien que fuera sólo cocinero. Por eso reclutamos a Andoni Luis Aduriz, un tío que te da de comer, pero que también te alimenta el espíritu”.

La Fura del Baus regresa este fin de semana al Festival Internacional de Teatro de Málaga con el espectáculo con el que han retornado a los espacios no convencionales y a la espectacularidad e interactividad que les hizo célebres. El encuentro escénico organizado por el Teatro Cervantes de Málaga recibirá en el Palacio de Ferias y Congresos mañana viernes 4 y el sábado 5 de febrero (21.00 y 20.00 horas respectivamente) un Degustación de Titus Andrónicus que tiene “menor agresividad, menor acción pura que otras obras de La Fura, pero que mantiene al público con los cinco sentidos ocupados”, según ‘Tatín’. “De hecho, hay gente que se nos desmaya; creemos que es por la confluencia entre la tragedia y los buenos olores que despide la cocina”, puntualizó Gatell.

Miguel Briones; delegado de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, y Miguel Gallego, director de Producción de los teatros Cervantes y Echegaray, acompañaron a los artistas en la presentación de una puesta en escena en la que el típico “lenguaje furero”, basado en acción, imagen, música y difuminación de barreras entre actores y público, se ha enriquecido con una buena ración de alta cocina. Caníbal en este caso. De hecho, en cada una de las dos funciones veintiocho de los espectadores que hayan comprado la entrada podrán sentarse a comer un suculento plato: ‘Demetrio y Quirón sacrificados y reposados sobre granos de cebada, aromas afines de asaduras y hierbas recuperadas’. Según Gatell, una plato al que se asemeja mucho el que se hace realmente (cochinillo ibérico asado): “En el banquete final nos comemos a dos hombres, y usamos una carne que se parece muchísimo cromosómicamente a la carne humana”. Para ser parte de estos veintiocho, que comerán junto a dos emperadores romanos en el banquete final, la Fura ha organizado un sorteo en la página www.furatitus.com.

La adaptación de La lamentable tragedia de Titus Andrónicus de William Shakespeare nos obsequia con un ágape antropofágico en el que se desencadena el final trágico de casi todos los personajes. La Fura aborda una particular exploración escénica sobre la lucha entre cordura y locura, o venganza y perdón, mediante una de las obras más violentas del dramaturgo inglés, una pieza en la que se suceden los odios y venganzas, las violaciones y asesinatos, en la que a una mujer se le hace comer con engaños la sangre de sus propios hijos. Para ello, La Fura dels Baus entra de lleno en el mundo de la gastronomía con un grande de la cocina mundial: Aduriz es chef del restaurante Mugaritz, en Rentería, dos estrellas Michelin y quinto mejor del mundo según la prestigiosa The S. Pellegrino World’s 50 Best Restaurants 2010.

Dos cocineros trabajan en los fogones durante toda la obra. Los espectadores están estimulados en sus cinco sentidos, participan como un personaje más, el ‘pueblo degustador’, y pueden probar uvas, azúcar hilado, pequeños hojaldres... Y también se paladea el típico arsenal tecnológico de La Fura, con vídeos, música, luces y maquinaria móvil que no deja de moverse por el recinto para añadir más tensión a esta historia de venganza, sangre, antropofagia y muerte. Siempre activos, a la vez espectadores, soldados, jueces y víctimas, los asistentes participan en un montaje que cuenta una historia intensa, una guerra de familias con personajes que a veces se muestran como seres indestructibles y a veces como míseros mortales.

Estrenado en la Tabakalera de San Sebastián y escenificado en el Festival de Teatro Clásico de Almagro o en los Teatros del Canal de Madrid, entre otras plazas, Degustación de Titus Andrónicus está dirigido por Gatell, encargado también del trabajo dramatúrgico sobre un texto adaptado por Salvador Oliva (en el que las más de 270 páginas del original se quedan en 33). Vidi Vidal, Iván Altamira, Joaquim Revenga ‘Tatín’, Ramon Tarès, Carles Fígols, Roelkis Bueno, Darío Ese, Diana Bernedo, María Pérez, Raúl Vargas y Javier Ahedo componen el grupo actoral, y la dirección gastronómica es tarea del Equipo Mugaritz, formado por Aduriz, Javier Vergara y Dani Lasa. Robert Merdzo es el autor de la música del montaje.

La Fura, una compañía habitual del Festival de Teatro

Boris Godunov en 2008, y años atrás XXX y Tier Mon han sido otros de los espectáculos de La Fura que han formado parte de pasadas ediciones del Festival de Teatro de Málaga. Con más de 2.500 representaciones en todos los continentes y más de 3 millones de espectadores, La Fura dels Baus es un grupo de culto en constante proceso de evolución que ha abordado desde su fundación en 1979 nuevos retos en el campo de las artes escénicas. Sus obras y acciones, basadas en la creación colectiva, un lenguaje, un estilo y una estética propios caracterizados por la interacción con el público, la utilización de espacios no convencionales en los que espectadores y compañía se mezclan y el empleo de artefactos mecánicos y tecnología audiovisual, han causado un gran impacto en la crítica y el público internacional. Teatro de texto, publicidad, ópera, cine, ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 1992 (Barcelona)… el “lenguaje furero” se adapta a todo tipo de contexto, público, espacio escénico o escala arquitectónica en su infatigable búsqueda del espectáculo total. El último de gran formato ha sido Windows of the city, presentado para la Expo de Shangai (2010).

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