Detergente juvenil
Fantasía, 2015, EEUU, 120 min. Dirección: Robert Schwentke. Guión: Akiva Goldsman, Brian Duffield. Fotografía: Florian Ballhaus. Música: Joseph Trapanese. Intérpretes: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Naomi Watts. Cines: Málaga Nostrum, Vialia, Plaza Mayor, La Verónica, Alfil, Miramar, Goya, Rincón de la Victoria, Ronda, El Ingenio.
La serie Divergente, basada en los libros juveniles de Veronica Roth, se suma a las de Los Juegos del hambre o El corredor del laberinto en lo que parece un inevitable repunte de la fantasía distópica y heroica como nueva fórmula del blockbuster para públicos adolescentes cuya cultura visual tiene mucho más que ver con los videojuegos que con el cine o la literatura.
La fórmula es siempre la misma, a saber, un grupo multicultural de jóvenes rebeldes se enfrenta al poder dictatorial de unos adultos que los usan como conejillos de indias en un futuro pos-apocalíptico y ruinoso dominado por la tecnología y la parafernalia paramilitar.
Maquinaria para generar nuevos ídolos adolescentes (Shailene Woodley para ellos, Theo James para ellas) y falsas ilusiones de trascendencia ecológico-política, esta segunda entrega es significativamente más perezosa y tediosa que la primera, aunque sigue teniendo a Kate Winslet, mala malísima en su atalaya blanca en búsqueda del gran secreto redentor escondido en un cofre, como principal y casi único atractivo en una función rutinaria y grandilocuente en la que el humor brilla por su ausencia entre el habitual despliegue de persecuciones y tiroteos campo a través, destrucción masiva de CGI y escenas dramáticas de reposo que aburrirán hasta al más incondicional de los seguidores.
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