Cuando la escritora española Elvira Lindo escuchó en una tienda de música el bolero Lo que me queda por vivir, de Omara Portuondo, supo de inmediato que era la versión musical de otra historia que ella quería contar y así tituló su última novela, la más intimista y personal. Lo que me queda por vivir (Seix Barral) es su cuarta novela para adultos (después de El otro barrio, Algo más inesperado que la muerte y Una palabra tuya), pero la primera que se atreve contar desde su propia voz, que le costó mucho trabajo sacar de dentro hasta el punto que llegó a darle vértigo.

Lo que más teme la autora es que sólo se busquen sus datos autobiográficos, que se piense que la protagonista, Antonia, es ella en realidad, "en lugar de ver la obra como una novela que mezcla realidad con ficción en un porcentaje que varía de página a página", explicó la escritora. Pero pese a sentirse algo más desnuda a la crítica por ese motivo, Lindo no se siente obligada a confesar qué es cierto y qué no lo es... "Sea lo que sea, todo es pasado". Un pasado que, como dice en su libro, no se puede borrar, por mucho que evolucionen las personas, y que en algún momento hay que afrontar antes de poder seguir viviendo. El ejercicio de introspección es innegable: Lo que me queda por vivir es una novela escrita "desde la mirada de una mujer madura sobre un periodo de juventud", apuntó Lindo.