Fallece a los 60 años el escritor malagueño José Manuel García Marín

El escritor malagueño José Manuel García Marín falleció el pasado lunes a los 60 años, según informaron ayer fuentes de Roca Editorial (sello en el que el autor había publicado sus libros más conocidos), después de librar batalla contra una enfermedad que contrajo hace sólo tres meses pero que finalmente ha sido más fuerte. Con García Marín se marcha uno de los últimos referentes de la novela histórica, que había dedicado sus obras y sus investigaciones a al-Ándalus y que había logrado el favor del público y la crítica merced a un dominio virtuoso del género. Sus restos fueron incinerados ayer en Parcemasa, pero la obra de García Marín queda como una de las aproximaciones más ilustrativas, logradas y precisas, además de eficaces y entretenidas, de cuantas la literatura española ha brindado a la época andalusí.

García Marín era empresario y durante muchos años compaginó sus responsabilidades en este sentido con la investigación histórica, que dio algunos frutos como el ensayo Al-Hamrá (2003). Su llegada definitiva a la ficción fue tardía pero sonora: su primera novela, Azafrán, publicada en 2005 por Roca Editorial y en la que relataba el viaje iniciático del maestro musulmán Mukhatar ben Saleh desde Sanlúcar de Barrameda hasta Granada, se convirtió en un éxito inmediato y permitió a García Marín dedicarse exclusivamente a la literatura. Posteriormente publicó otras dos novelas, también en Roca: La escalera del agua (2008), en la que describía la vida de los descendientes de los moriscos que se negaron a abandonar España tras la orden de expulsión decretada en el siglo XVII; y La reina de las dos lunas, su mayor éxito comercial y también el título que le consagró como referente en el género.

El escritor malagueño cultivó en sus novelas una prolongación del romanticismo que hacía de la memoria cultural una cuestión personal. En una entrevista concedida a Málaga Hoy en 2008 con motivo de la publicación de La escalera del agua, García Marín afirmó: "Ahora estamos en condiciones de afirmar que la Reconquista fue un genocidio". Y advertía: "En 1492 se privó a los andaluces de sus raíces, y desde hace cien años somos los vagos de España".