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Luto en la gran familia teatral española. Ayer falleció a los 76 años el intérprete Francisco Valladares, uno de los grandes todoterreno de la escena nacional, un andaluz guapo y elegante cuya asombrosa formación interpretativa le hizo destacar en todos los registros: teatro clásico y musical, comedia, doblaje, zarzuela, cine, conciertos sinfónicos y, por supuesto, la televisión, que le hizo ser uno de los personajes habituales de los platós y más queridos por los televidentes. En los últimos años, fue uno de los fieles amigos y colaboradores de la periodista María Teresa Campos, en cuyo programa matinal en Tele 5 participó durante varias temporadas. También se destacó como uno de los invitados de lujo en series favoritas de las audiencias como Aída, Hospital Central y Siete vidas.
El actor sevillano, que desde hace cuatro años padecía leucemia, acababa de recibir el alta hospitalaria tras sufrir una neumonía, según comunicó ayer la propia María Teresa Campos en una nota remitida a los medios de comunicación, en la que destacó que "había seguido haciendo teatro hasta los últimos días, sacando fuerzas de donde no las tenía".
Más conocido por su público como Paco Valladares, el intérprete nació el día 20 de agosto de 1935 en la localidad de Pilas (Sevilla), aunque a los 7 años se trasladó con su familia a vivir a Madrid, donde cursó estudios de Arte Dramático y Canto en el Conservatorio, tras culminar la enseñanza secundaria. Esa formación plural, que combinaba la interpretación actoral con la musical, le permitió ingresar pronto en la afamada compañía de María Jesús Valdés, una de las grandes formaciones de los años 50 y 60.
En paralelo, Francisco Valladares se vinculó estrechamente al mundo de la televisión al cumplir los 21 años de edad y la pequeña pantalla fue otro de los pilares de su carrera. Desde los comienzos de Televisión Española, compaginó tareas de locutor de continuidad, presentador e intérprete de varios sketches de humor.
Muy destacada fue también su labor como actor de doblaje. Paco Valladares prestó su atractiva y varonil voz, durante años, a actores internacionales tan prestigiosos como Richard Burton, Alain Delon, Clint Eastwood, Robert Redford y Jeffrey Hunter. Esa misma fuerza vocal le hizo ser un cotizado narrador en producciones españolas como Franco: ese hombre (1964) y Manolito Gafotas (1999).
Sin embargo, ni la televisión ni las emisoras de radio -formó parte del cuadro de actores de Radio Nacional de España- lograron que renunciara al estrecho contacto con el público que le proporcionaban las tablas. Fue especialmente importante su reivindicación del teatro clásico, que le llevó a participar en montajes como, por ejemplo, La Orestiada, Las Bacantes, Calígula o Calipso, en el Teatro Romano de Mérida.
Aunque su principal reconocimiento lo obtuvo entre el público, que le demostró siempre su cariño y admiración, Valladares recibió en 2009 el Premio Mayte de teatro a la labor de toda una vida y en 2011 distinciones como la Investidura de Mayoral de Honor de la Cofradía del Vino de Valdepeñas (Ciudad Real) o el nombramiento como Quijote Universal en Mota del Cuervo (Cuenca).
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