La Fundación Casa Natal lleva a Perú 'El eterno femenino' de Picasso
El Centro Cultural de la Universidad Pontificia en Lima inaugura hoy una muestra con 66 grabados prestados por la institución
La Fundación Picasso Museo Casa Natal, que mantiene abierta su mayor exposición exterior en Corea del Sur, pasa ahora a ser protagonista de una exposición en Lima, la capital peruana. Hoy miércoles en la capital peruana la muestra Picasso. El eterno femenino, que albergará hasta el próximo 31 de enero la Sala de Exposiciones del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. La exposición está compuesta por 66 grabados del artista malagueño propiedad de la Fundación Picasso.
Patrocinada por BBVA Continental y Petrobras, Picasso. El eterno femenino, que revisa un importante periodo en la producción de Picasso con obras que abarcan del año 1927 a 1964, supone una aproximación global a la presencia de la mujer en el pintor a través de sus catorce secciones, que revelan diversos modelos y transformaciones.
La figura de la mujer ha sido uno de los temas iconográficos más constantes en la obra de Picasso, según apuntaron ayer al respecto fuentes de la Casa Natal. Habitante de un mundo femenino que gravitaba primero alrededor de sus hermanas y de su madre, y de sus distintas compañeras y esposas más tarde, el artista se ha enfrentado a la imagen de la mujer, objeto de esta exposición, desde el lugar de quien al mismo tiempo admira e interroga al sujeto femenino. El título de esta muestra recurre a la expresión creada por Goethe porque, según el autor alemán, el eterno femenino reúne a la madre y a la amada en un principio universal, y que por tanto, unifica a las diversas modalidades de la mujer en un modelo intemporal y platónico.
En cada una de las 66 obras, y a través de los distintos segmentos en que está distribuida la exposición, la mujer se presenta como un soporte para la manifestación del alma (en la sección Espejo del alma), a la vez que puede ser el retrato de mujeres imaginadas ( en la sección Mujeres imaginadas) o de personas reales, como las dos últimas, y más intensas, mujeres de Picasso: su compañera Françoise Gilot y su esposa Jacqueline Roque (en las secciones Retratos de Françoise y Retratos de Jacqueline).
Del mismo modo, estas presencias femeninas pueden plasmarse desde una óptica deudora del arte del Renacimiento europeo o del Cubismo creado por el propio Picasso (en las secciones La herencia del Renacimiento y La herencia cubista), en escenas que las representan sentadas al modo de los retratos cortesanos (en la sección La mujer sentada), posando para artistas (en la sección La mujer y el artista), siendo observadas por hombres u observando a otros personajes (en las secciones La mujer observada y La mujer que observa). Con vestimentas de otros siglos y otros ámbitos que no son los nuestros (en la sección Damas del tiempo de antaño), hay una dualidad de visión en Picasso, que bien puede captar en la mujer en el esplendor de su naturaleza (en la sección La profundidad de la piel) o en sus años de infancia y juventud (en la sección Divino tesoro) para someterlas también a situaciones en las que se intenta acceder a su mundo privado e interior (en la sección Misterio y silencio).
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