La Fundación Jorge Guillén acaba de publicar una selección de piezas dramáticas del escritor malagueño José Ricardo Morales Malva (1915), redactadas en Chile entre 1965 y 2003, con el título de Postrimerías dentro de la colección Las Españas Peregrinas, dedicada a la literatura del exilio.

La idea de la muerte, la locura y el destierro, entre otros grandes tormentos asociados a la tragedia de la Guerra Civil (1936-1939) destacan en los textos teatrales seleccionados dentro de Postrimerías por parte del dramaturgo y ensayista Morales, de origen valenciano y que al finalizar la contienda bélica se exilió en Chile a bordo del célebre Winnipeg, fletado en Francia por Neruda.

"Si se tiene en cuenta que estas obras fueron escritas en el exilio, cabe aceptar que sobre ellas concurren las grandes aflicciones significadas en la tragedia (...) a las que acudo con frecuencia en diferentes textos, pese a que se halle encubiertas, como en este libro, bajo las apariencias de la duda, la ironía e incluso el humor", asegura el autor en el prólogo de la citada publicación.

Una farsa, una cantiga dramática, tres monólogos, una pieza y un anuncio componen esa antología dramática de José Ricardo Morales, cuya producción teatral -compuesta de unos cuarenta títulos- se caracteriza por un afán renovador y experimental que trasladó a la escena de su país de adopción desde el ámbito universitario.

En toda su creación escénica subyace una diatriba contra el totalitarismo político, militar y económico a través de una globalización de la que da cuenta en algunos de los textos de Postrimerías como Sobre algunas especies en vías de extinción y Cama rodante abandonada en una vía pública, ambas de 2003. De su primera etapa es el estreno de El embustero en su enredo, por Margarita Xirgu, en Santiago de Chile, en 1944. Como investigador, es autor de Arquitectónica (Sobre la idea y el sentido de la arquitectura) 1966.

Aunque nacido en Málaga residió durante su infancia y adolescencia en Valencia, de donde era originaria su familia, y donde a través de la sección cultural de la Federación Universitaria Escolar (FUE) trabó amistad con escritores de la talla de Juan Gil-Albert y Vicente Gaos, entre otros.

Para el grupo teatral El Búho de la FUE (que dirigieron Luis Llana y Max Aub) escribió sus primeros textos dramáticos, casos de Burlilla de don Berrendo y Doña Caracolines y su amante, editados en 1979, dentro de una de sus primeras antologías.

Entre 1932 y 1936 estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valencia, y en 1939 se exilió en Chile, país donde reside en la actualidad, de cuya Academia de la Lengua forma parte y donde ha recibido, entre otros galardones y reconocimientos, la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile (2000) y la Medalla Pedro de la Barra al Mérito Cultural (2002).

Ha contribuido a la renovación de la escena de ese país hispanoamericano, donde también ha difundido la obra de autores como García Lorca, Valle-Inclán y Rafael Alberti, en un principio desde la editorial Cruz del Sur, que fundó a su llegada a tierras chilenas y donde publicó la antología Poetas en el destierro".