La Fundación Juan March celebra el 'arte concreto' de Max Bill

Artista multitalento, alumno de la Bauhaus y máximo exponente del llamado arte concreto, Max Bill (1908-1994) y su prolífica obra ocupan desde hoy la sala de exposiciones de la Fundación Juan March, en la primera retrospectiva que se le dedica en España al arquitecto, pintor, escultor y diseñador suizo. Organizada en estrecha colaboración con Jakob Bill, hijo del artista, la muestra está concebida como una celebración de la formas en sus más diversas manifestaciones: pintura, obra gráfica, escultura, arquitectura, diseño industrial y mobiliario. En todos esos ámbitos, Bill cultivó una "estética de la elegancia económica", sin renunciar a la calidez y al sentimiento. "Era el momento de hacer justicia con un artista plural, que trasciende y diluye la división de géneros en el arte", subrayó el director de la Fundación, Javier Gomá, durante la presentación a la prensa de la exposición, que se prolongará hasta enero de 2016.

Completamente liberada de las asociaciones con la realidad, la obra de Bill en su vertiente pictórica explora una y otra vez las posibilidades del cuadrado y el rombo, al igual que la de Van Doesburg o Mondrian, uno de sus padres putativos. "No es casual la tendencia de los artistas concretos a pintar cuadrados", destacó Gomá. "En la naturaleza existen casi todas las formas geométricas, pero no el cuadrado, que es un producto de la fantasía humana". Como arquitecto, su vocación quedó marcada por la visita que realizó en 1925 a la exposición de artes decorativas e industriales de París, donde descubrió a Le Corbusier. Posteriormente, en la Bauhaus tuvo como profesores a Josef Albers y Laszlo Moholy-Nagy. Años después, cuando Albers se exilió en Estados Unidos, lo invitó a unirse al Black Mountain College de Carolina del Norte, pero Bill, tal y como contó ayer su hijo, prefirió quedarse en Europa, donde entre otras cosas fundó la escuela de diseño de Ulm (Alemania).

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