Nada menos que reproducir los hechos trágicos que acontecieron en el Teatro Dubrovka de Moscú en 2002, cuando un grupo de terroristas chechenos asaltó el coso y, tras dos días y medio de negociaciones, se dio luz verde a una intervención militar que se saldó con 171 muertos, es lo que pretende La Fura dels Baus con su montaje Boris Godunov, que se representa desde hoy y hasta el domingo en el Teatro Cervantes. El primer escenario malagueño quedará secuestrado, literalmente, por los actores de la compañía, que propone una reflexión sobre los abusos de poder.

Aunque en el episodio original el Teatro Dubrovka acogía la representación de un espectáculo musical, La Fura ha optado por el Boris Godunov de Pushkin "porque se trata de unas de las primeras obras de la literatura rusa que de manera abierta critica el poder y los mecanismos por los que se perpetúan sus abusos", según explicó ayer en rueda de prensa el actor de la agrupación Pedro Gutiérrez. En el montaje, descontextualizado "porque hoy una catástrofe así podría ocurrir en prácticamente cualquier país", el texto de Álex Ollé "mezcla citas de personajes como Sarkozy, el Che Guevara, Bush y otros personajes, que reconocerán quienes estén especialmente al tanto de la actividad política".

Gutiérrez insistió en que Boris Godunov "no es, en absoluto, una apología del terrorismo, sino todo lo contrario", y destacó la participación activa del público, no exento de sobresaltos, en el espectáculo. "Los espectadores tendrán la oportunidad de ver cómo funciona un gabinete de crisis en una situación así y cómo se asumen las decisiones. Además, el público es el que toma la decisión final y cierra el círculo", subrayó el intérprete.