La actriz y realizadora italiana Sabina Guzzanti inflamó los ánimos en la recta final del Festival de Venecia con su película La trattativa, en la que denuncia el pacto entre Cosa Nostra y el Estado italiano. La película, acogida ayer con fuertes aplausos en el Lido, apunta entre otros al exprimer ministro Silvio Berlusconi y al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y está basada, según explicó Guzzanti, en una exhaustiva investigación, aunque no aporta ningún dato nuevo.

A caballo entre la ficción y el documental, La trattativa (La negociación) se centra en el periodo, entre 1992 y 1994, en el que la mafia atentó mortalmente contra figuras públicas como el eurodiputado democristiano Salvo Lima, y los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Sugiere que el ascenso político de Berlusconi -que fue elegido por primera vez primer ministro en 1994- obedece a ese supuesto pacto que desde el año pasado se juzga en el Tribunal de Palermo y que puso fin a la oleada de atentados.

El entonces ministro del Interior Nicola Mancino, el ex senador Marcelo dell'Utri, brazo derecho de Berlusconi, y los antiguos responsables del cuerpo especial de los Carabineros, ROS, los generales Mario Mori y Antonio Subranni, son algunos de los imputados. "En Italia siempre se dice que hay que esperar el resultado del juicio, pero eso no impide que pueda haber un debate público", señaló la realizadora, que ya alertó de las amenazas a la democracia en Italia en los documentales Viva Zapatero y Draquila, L'Italia che trema.

En relación al proceso de Palermo se mostró bastante escéptica. "Probablemente acabe sin culpables, pero creo que es hora de que, independientemente de la justicia, asumamos nuestra responsabilidad como ciudadanos" sobre lo que pasó. La película robó para sí el protagonismo de la jornada.