'Historias de Lavapiés' descubre al Willy Toledo insolidario
El malagueño Ramón Luque ha sacado adelante su tercer largometraje, Historias de Lavapiés, gracias al empuje de Willy Toledo, un actor que, sin ser "ni amigo ni conocido", puntualizó el director, se ha volcado en su "pequeño" proyecto para interpretar a un profesor de lo más insolidario. "Es alguien que tiene un piso en Lavapiés porque está cómodo, porque está en el centro de la ciudad, y no tiene inconveniente en principio en compartir la vidilla del barrio", explicó Luque.
La película, que se estrena hoy en Madrid y Málaga "de momento", quería ser "un reflejo de la realidad, pero con un apunte de emoción y de esperanza". "En realidad -dijo- quería hacer un retrato de Lavapiés, pero no lo he conseguido, me he quedado en un bosquejo de historias que tienen como escenario el barrio y estéticamente parece más un piloto de una serie de televisión", se ríe, y explica que es así "sobre todo por la prisa con la que rodamos y los pocos medios". "Es pequeña, modesta, independiente y digna, creo que cumplimos", se enorgullece el director, autor de las comedias El proyecto Manhattan y Hollywodd.
Esta nueva comedia, o tragicomedia costumbrista, apunta, cuenta varias historias que giran alrededor del personaje de Toledo, Ernesto, "un pijo que es un insolidario total". "Quería un protagonista cascarrabias cuya prioridad fuera pasar de todo y que le dejen en paz, pero el tío ha elegido mal sitio porque en Lavapiés, en la puerta de tu casa, te asaltan las situaciones donde son necesarias la solidaridad y la tolerancia".
Ernesto es el compendio de varias actitudes de gente que ha pasado por la vida de Luque, no todos con ideas políticamente correctas, porque "todos somos muy solidarios cuando nos preguntan, pero en el día a día hay que ver quién es tolerante y cómo", afirmó el director.
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