Cultura

Hogar del ferrocarril, lugar de paso

  • la Grand Central Terminal, símbolo único de la ciudad de Nueva York y referente amplio en la literatura y el cine, celebró ayer su primer centenario con una fiesta repleta de orgullo

La majestuosa Grand Central Terminal de Nueva York celebró ayer su primer centenario a ritmo de música y rodeada de centenares de neoyorquinos que no quisieron perderse el aniversario de uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad de los rascacielos. Un día como ayer hace cien años, por primera vez un pasajero pisó la estación de ferrocarril más grande del mundo, la misma que ahora utilizan cada día cerca de 750.000 neoyorquinos y fotografían miles de turistas, que quedan impresionados ante esta joya arquitectónica. Bajo un gran número 100 de más de treinta metros de altura que preside el vestíbulo Vanderbilt y con una tarta gigante en forma de reloj de cuatro caras, diversas personalidades, neoyorquinos y turistas entonaron el Feliz cumpleaños a su estación preferida.

"Grand Central es todo lo que los neoyorquinos son: es grande, ruidosa, funcional, disfuncional, está abarrotada de gente... Pero también es algo que a veces los neoyorquinos olvidamos: es muy bonita", afirmó la actriz Cynthia Nixon al intervenir en la ceremonia. La intérprete neoyorquina confesó que la estación ocupa un importante lugar en su corazón, ya que guarda muy buenos recuerdos de ella, como por ejemplo, cuando su madre la llevó por primera vez a ver la estación y comprobó asombrada lo "majestuosa" que era. "A veces olvidamos lo bonita que es Nueva York. La vemos como una ciudad con mucho tráfico, donde la gente te empuja, habla, fuma..., pero de repente miras hacia arriba y ves edificios majestuosos como éste", dijo Nixon.

No todos los días se cumplen 100 años, y por eso la estación se puso de gala con alfombras rojas majestuosas y todos sus empleados portaron uniformes semejantes a los que vestían sus antecesores hace un siglo. Además, para revivir esta vuelta atrás en el tiempo, se instalaron puestos de comida a los alrededores de la estación, donde se podían comprar porciones de la famosa tarta de queso de Nueva York por 19 centavos, el precio que costaba hace un siglo.

Pese a que ahora es uno de los edificios más apreciados de la ciudad, en los años sesenta la estación, situada en el cruce de la calle 42 y la Park Avenue, atravesó una difícil situación financiera, por la que se contempló la posibilidad de derribarla. Pero, gracias a la perseverancia de la ex primera dama estadounidense Jacqueline Kennedy Onassis, que encabezó una campaña pública para salvarla, esta pieza arquitectónica sobrevivió y fue declarada en 1978 monumento histórico. Su hija Caroline Kennedy tampoco quiso perderse esta celebración y confesó que su madre estaría muy orgullosa de ver que Grand Central ha podido cumplir un siglo de historia. Así, dijo que en esta lucha que lideró su madre para salvar la estación "entendió que los espacios públicos deben pertenecer a toda la comunidad" y que los neoyorquinos tienen que "cuidar el pasado para garantizar el futuro".

Por su parte, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, destacó que durante estos años Grand Central ha conseguido convertirse en "uno de los edificios más queridos por los neoyorquinos y los millones de visitantes". De hecho, Hollywood también se ha rendido ante la belleza de la estación, pues ha recurrido en múltiples ocasiones a ella convirtiéndola en un plató de cine en películas como Con la muerte en los talones (1959), Los intocables (1987), Teoría de la conspiración (1997), Men in black (1997) y Los vengadores (2012). En la ceremonia, en la que se entregó a la Grand Central el récord Guiness como la terminal de trenes más grande por número de plataformas, también participaron caras conocidas como el poeta Billy Collins, el famoso jugador de béisbol Keith Hernández o la violinista Sarah Charness, entre otros. La música corrió a cargo de la cantante Melissa Manchester, que junto al Coro Celia Cruz del Bronx entonó un cumpleaños feliz a la Grand Central.

A lo largo de 2013, la ciudad seguirá con los festejos para conmemorar el centenario de la estación, por lo que realizará diferentes exposiciones y eventos para rememorar tanto su pasado como su presente y futuro. La primera de estas exposiciones es Grand Design que, desde ayer y durante las próximas seis semanas, narrará la historia y el impacto de este famoso edificio neoyorquino.

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