Isabel Coixet presenta en Cannes su sensual 'Mapa de los sonidos de Tokio'
La cinta española fue acogida con frialdad en el festival, cuyo palmarés se dará a conocer hoy


La española Isabel Coixet cambió ayer el champán por el sake para cerrar la competición oficial del Festival de Cannes con Mapa de los sonidos de Tokio. Pasiones rotas y oportunidades perdidas convergen en esta historia sobre dos personas que llegan tarde a su cita con ese gran amor que marca para toda la vida. La cinta, rodada en Tokio y protagonizada por Sergi López y Rinko Kikuchi, fue recibida por debajo de las expectativas y se llegaron a escuchar abucheos. Contenta por debutar en Cannes, la directora contó con la presencia de la ministra de Cultura española, Ángeles González-Sinde, en la función de gala. Antes se había proyectado en la competición Visages, del taiwanés Tsai Ming-Liang. Protagonizada por Laetitia Casta, la cinta es un homenaje al cineasta François Truffaut e incorpora en el reparto a su actor Jean-Pierre Léaud, quien hace 50 años vino a Cannes con Los cuatrocientos golpes.
Ambas películas pusieron punto final a una competición jugosa, con algunas de las figuras más relevantes del cine contemporáneo. Hoy, el jurado presidido por la francesa Isabelle Huppert dará a conocer el palmarés. Parten como favoritos Michel Haneke, Pedro Almodóvar (Los abrazos rotos), Jacques Audiard (Un prophète) y Alain Resnais (Les herbes folles).
La 62 edición del Festival de Cannes arrancó mirando al futuro, con cine de animación en 3D y la deliciosa Up, de Pete Docter, y le hizo un hueco a la comedia con las cintas de Ang Lee (Taking Woodstock) y el británico Ken Loach (la deliciosa Looking for Eric). A lo largo de estos diez días de cine se vio mucha sangre con el cura convertido en vampiro por amor de Thirst, el brutal descuartizamiento de una prostituta (Kinatay), la venganza de Johnny Hallyday (Vengance) o los soldados "bastardos" de Tarantino. La polémica llegó con Lars von Trier y su Anticrist cuya violencia, con mutilación genital incluida, causó indignación. Pero para hablar de violencia nada menos que Michael Haneke, que conmocionó y emocionó sin una sola gota de sangre con Dass Weisse Band, una perturbadora exploración en las raíces del nazismo, que se puede trasladar a cualquier dogma absolutista en general. Esta producción austríaco-alemana se llevó ya ayer el premio de la Fipresci, la critica cinematográfica.
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