lírica

Joel Prieto: "Los cantantes estamos hoy mucho más expuestos"

  • El tenor puertorriqueño actúa en el Festival Málaga Clásica tras triunfar en el Teatro Real con 'Street Scene'

El tenor Joel Prieto, en una imagen promocional.

El tenor Joel Prieto, en una imagen promocional. / simon pauly

Nacido en Madrid en 1981, pero criado en Puerto Rico, el tenor Joel Prieto es la última gran figura de la lírica internacional proyectada desde América Latina, dueño de una trayectoria que creció especialmente desde que recibiera el Premio Operalia en 2008 de manos de Plácido Domingo. En su curriculum figuran actuaciones culminadas con la ovación del público en la Staatsoper de Berlín, el Lincoln Center de Nueva York, el Festival Casals de Puerto Rico, el Auditorium de Luxemburgo, el Liceo de Barcelona, el Covent Garden de Londres y, entre otros muchos escenarios, el Teatro Real de Madrid, donde compareció en 2015 con La flauta mágica en el papel de Tamino y a donde regresó hace sólo unos días con el estreno de Street Scene de Kurt Weill, obra con la que ha conquistado al público y la crítica. Este fin de semana, la prodigiosa voz de Prieto se escuchará por primera vez en Málaga con una doble cita dentro del Festival Málaga Clásica: mañana viernes interpretará las Tres canciones españolas de Beethoven en el Teatro Echegaray y el domingo hará lo propio con una selección de zarzuelas en el Teatro Cervantes, junto a Jesús Reina, Anna Margrethe Nilsen y demás instrumentistas convocados al certamen.

El recorrido de Joel Prieto incluye en sus repertorios composiciones lo mismo de Mozart que de Kálmán, Berlioz o Rossini. Y explicaba ayer el cantante en conversación con Málaga Hoy que precisamente la diversidad "es en mi caso una iniciativa personal. Lo mismo he interpretado recitales de arte que óperas o canciones populares latinoamericanas. Me gusta investigar, diversificar, emplear distintos tipos de vibración de voz. Hay cosas que me inspiran y no siempre tienen que ser las mismas. Justo ahora he prestado mi voz en un cortometraje como narrador y, dado que mi trabajo tiene un elemento actoral muy importante, tampoco me importaría hacer cine. Al contrario, me interesa muchísimo". Eso sí, admite Prieto que, al mismo tiempo, la especialización es actualmente una cuestión "casi inevitable" para cualquier tenor que se precie: "Antes, un cantante podía hacer a Wagner y a Rossini, y no pasaba nada. Ahora es más difícil. De todas formas, es verdad que he cantado mucho a Mozart, pero a veces me han pedido un registro más belcantista, o papeles verdianos. Es una cuestión de intuición. Lo que sí es seguro es que cuando vas a elegir qué cantar debes estar convencido de que lo puedes hacer bien; no sólo eso, de que puedes hacer magia. Si no, es mejor no cantarlo. Yo he dicho que no a muchos proyectos y estoy muy contento de haberlo decidido así". Con respecto al repertorio, y dada la defensa del género chico que hará el domingo en el Cervantes, Prieto confiesa su amor por la zarzuela: "Hice una Luisa Fernanda con Plácido Domingo en 2008, poco antes de que el propio maestro me entregara el Premio Operalia. Y después canté Doña Francisquita en Toulouse, en una producción de Emilio Sagi. Adoro la zarzuela, la manera en que combina elementos cómicos y trágicos, pero sobre todo su carácter español. En Puerto Rico hay una mezcla musical muy potente con la que yo crecí, está la raíz africana, la indígena y muy especialmente la española, y la zarzuela me remite a esto. Por eso disfruto mucho cantándola".

En cuanto a su ascenso en el escalafón operístico, Joel Prieto, que destaca entre sus referentes a Fritz Wunderlich y Juan Diego Flórez, apunta que "es verdad que hoy hay más competencia que hace veinte o treinta años, pero también que hay más teatros y, sobre todo, más actividades dentro del mundo de la ópera a las que puedes dedicarte más allá de la interpretación. También hay repertorios más demandados: hace unos años apenas se programaba música barroca, pero hoy hay mucho público interesado. Quizá lo peor hoy día sea el elevado grado de exposición al que estamos sometidos los cantantes. Todo lo que hacemos se graba, se digitaliza y se divulga, con lo que la presión es mucho mayor". Bienvenido, señor Prieto, a casa.

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