Y John Tiberi estuvo allí... 'From Sex to Punk'
EL road manager es una especie de niñera que cuida de la banda para que no desbarre. John Tiberi se ocupó de estos menesteres con los Sex Pistols, de cuya intrincada biografía fue testigo documental. Sus fotografías, junto con material de otros colaboradores oficiales del grupo (Julien Temple, Jamie Reid), construyen el relato de From Sex To Punk, una exposición con la que La Térmica persiste en su interés por la cultura popular. El punk lo es, lo fue: gestado musicalmente desde el Bowery neoyorquino, estéticamente en el 430 de King's Road en Londres (dirección de SEX, la tienda de ropa de Malcolm McLaren y Vivienne Westwood), y existencialmente en el Cleveland de los Pere Ubu. Impregnó las escenas artísticas del momento a partir de poéticas marginales, dotó de sentido a una comunidad solitaria de individuos desconectados y frustrados. Cierto que eran pocos, de ahí que hayan podido vivir de contarlo (los que han sobrevivido para hacerlo, claro). Paul Cook, batería de los Pistols, seleccionó unas canciones para la inauguración de la muestra, centrada en la mecha británica. Que se compone de imágenes muy conocidas, como las de la banda junto al muro berlinés, el Johnny Rotten crucificado de Barry Plummer, o las musas cubiertas de látex y eslóganes situacionistas (Soo Catwoman, Helen Wallington-Lloyd). Y algún hallazgo: unos Sid y Nancy desenfocados y tirados, en el preludio visual de su decadencia yonqui. Una buena parte del público teen asistente se interesaba el jueves por un fenómeno que parece conservar cierta frescura, que en el rock and roll sigue siendo clave y está indisociablemente unido a una actitud de diferenciación con respecto a los demás.
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