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Luis Sánchez-Moliní
Grandes palabras
Si la veteranía es un grado, resulta evidente que el Festival de Cine Español de Málaga ha decidido este año pisar sobre seguro. La decimocuarta edición del certamen, que tendrá lugar del 26 de marzo al 2 de abril próximos, concederá al director y académico José Luis Borau el Premio Retrospectiva, que patrocina el diario Málaga hoy. Con este motivo, según informaron fuentes de la organización, se programará durante la citada edición una retrospectiva completa de su filmografía, una de las más fecundas y singulares, a pesar de que la lista de títulos es más bien somera, que pueden contarse en el cine español.
Este reconocimiento hace justicia y beneficia tanto al homenajeado como al propio festival. José Luis Borau (Zaragoza, 1929) ha recibido a lo largo de su carrera numerosos premios, entre los que destacan: el Gran Premio de San Sebastián (1975), el Oso de Plata de Berlín (1977), el Hugo de Plata y Bronce de Chicago (1973 y 1975), Catalina de Oro de Cartagena de Indias, el Premio Luis Buñuel a la Mejor película española de la Década 1970-79 (por Furtivos), varias medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos de Madrid, y el Premio Sant Jordi de la crítica barcelonesa a la mejor película de 1972 y 1975, entre otros. La Academia de Hollywood nominó su producción Mi querida señorita para el Oscar a la Mejor Película de Habla Extranjera en 1973. En 1994 obtuvo la Medalla de Oro del Festival de Nueva York por su serie, realizada para TVE, Celia, previamente galardonada en Bratislava por la fundación Janko Hrasko, y elegida por votación popular como la mejor serie de 1993 (TP de Oro). Su último filme como director, Leo, mereció recompensas tales como el Goya al Mejor Director y el Premio Especial del Jurado en el Festival de Málaga de Cine Español de 2000.
Además, Borau ha sido presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas (cuando protagonizó una histórica imagen contra el terrorismo de ETA en una gala de entrega de los Goya, en la que compareció con las manos blancas) y presidente de la SGAE. En 2008 fue nombrado miembro de la Real Academia Española, para ocupar el sillón B, vacante tras el fallecimiento de otro cineasta imprescindible: Fernando Fernán Gómez.
Como director, su filmografía incluye películas que han ejercido una influencia notable, muy a pesar de la condición de isla, de buscador solitario, de Borau. Destacan Tata mía (1986), Niño Nadie (1996), la citada Leo (2000), Hay que matar a B (1974), Furtivos (1975) y las primerizas Brandy (1964) y Crimen de doble filo (1964), en las que ya planteaba un más que personal acercamiento a las géneros, una intención meridiana de investigar en la narrativa cinematográfica y un uso realista, a menudo descarnado, de la imagen como referencia al universo del espectador. También como realizador, productor y guionista Borau se ha dedicado a pensar el cine, actividad a la que además ha dedicado una bibliografía exhaustiva (colaboró en el Diccionario del cine español de la Academia Española de Cine). Como autor de ficción ha publicado los libros de relatos Camisa de once varas (2003), El amigo de invierno (2008) y Cuentos de Culver City (2009). Borau es, en fin, alguien con mucho que contar. Será un placer escucharle en Málaga.
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