Cultura

Juegos malabares, una decisión acertada del Festival de Málaga

  • El productor y cineasta Carlos Taillefer considera que el certamen malagueño muestra una "solidaridad enorme para con el sector"

El cartel del certamen en el hotel AC Málaga Palacio.

El cartel del certamen en el hotel AC Málaga Palacio. / Álvaro Cabrera (Málaga)

De absoluta buena idea y, sobre todo, de una solidaridad enorme para con el sector, ha sido la decisión del Festival de Málaga de luchar desde su retraso obligado en el mes de marzo por el maldito virus, para conseguir un festival presencial y no estos sucedáneos online que muchos nos han intentado vender como el futuro del sector.

“Pero es que “un festival online” de cine no es un festival”, y estas fueron palabras de Thierry Frémaux, delegado general de Cannes, cuando anunció la suspensión de este, obligado por las circunstancias.Así que enhorabuena y el más absoluto apoyo a mantener, aunque sea en un formato reducido y complicado, a Málaga como festival presencial en las salas de proyecciones con su imagen y sonido original.

El Festival de Málaga viene trabajando estos cinco últimos meses para demostrar y pertenecer a ese grupo que hace visible que, si se quiere, se puede. Y no está solo. Le acompañan muchos antes, durante e inmediatamente después del 30 de agosto.

En julio terminó el Barcelona Films Festival, organizado por ese grupo de maravillosos compañeros, enormes defensores del cine en salas, los de “A Contracorriente”. También festivales de teatro clásico en Almagro y Mérida. A principio de septiembre será la Mostra Internacional de Cine de Venecia; y, a finales del mismo mes, el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Lo patético de estos momentos es que la Academia de Cine, que debería de liderar el movimiento de volver al cine, no solo no lo lidera, sino que el edificio de la Academia permanece cerrado a cal y canto, su “asamblea” con importantes elecciones, retrasada por tres meses, y con un conflicto interior múltiple arrastrado desde hace mucho tiempo, que estallará en un futuro inmediato.

Hacer un festival de cine presencial en las circunstancias actuales probablemente tiene más que ver con ejercicios malabares que con el cine. Así que bienvenido el Circo del Cine. Enhorabuena a todos y desearos los mejor. Solo llegar al final del décimo día de pantallas abiertas y libres merece la pena y un gran abrazo.

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