Julio Neira glosa el hechizo de Nueva York en la poesía española

La Fundación José Manuel Lara publica el volumen 'Geometría y angustia'

Una estampa neoyorquina de Julio Neira.
Una estampa neoyorquina de Julio Neira.
C. Sigüenza (Efe) / Madrid

24 de noviembre 2012 - 05:00

Nueva York, con su estatua de la Libertad, el río Hudson, Harlem, los negros, chinos o judíos, o como ciudad paradigma de la libertad y de los excesos del capitalismo ha cautivado siempre a los poetas españoles, con García Lorca y Juan Ramón Jiménez a la cabeza. Ahora un libro recoge este fascinación. Geometría y angustia. Poetas españoles en Nueva York es el título de la obra que el catedrático de Literatura Española en la UNED, especializado en Poesía española del siglo XX y ex director del Centro Cultural de la Generación del 27 en Málaga, del Centro Andaluz de las Letras y del área del Libro de la Junta de Andalucía, Julio Neira, acaba de publicar en la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara, y en el que reúne a más de 200 poetas españoles, desde principios del siglo XX, que han hecho de la ciudad norteamericana su material poético. El próximo mes de diciembre, el mismo Neira presentará el volumen en la sede del Centro Andaluz de las Letras en Málaga.

"Nueva York es el gran mito de la sociedad contemporánea y por eso es la gran metáfora para los poetas, porque encuentran en ella la gran metáfora de la existencia del hombre en la sociedad occidental", explicó ayer Neira."El primer poema que encontré dedicado a Nueva York fue del ingeniero y poeta Melchor Palau, en 1895 -precisa Neira-, dedicado al Faro eléctrico, a la Estatua de la Libertad, que antes hacia la función de faro y, aunque no está en la antología, sí que quería destacarlo como precedente del libro, que comienza de verdad, a partir de Rubén Darío en 1914", que ya hablaba de la diferencia entre ricos y pobres".

Inmediatamente después de Darío aparece Juan Ramón Jiménez, en 1916, con Diario de un poeta recién casado, escrito durante su viaje a Nueva York, recién casado con Zenobia Camprubí, un poemario cuya parte central está dedicada a Nueva York y considerado el símbolo de cambio de la modernidad en la poesía española. Al premio Nobel le siguen Federico García Lorca, cuyo poemario Poeta en Nueva York también marcaría un antes y un después en la obra del poeta granadino. Escrito durante su estancia en la universidad de Columbia entre 1929 y 1930 y donde el poeta ya deja ver las consecuencias del exceso del capitalismo y la opresión.

Pero también fueron cautivados por la Gran Manzana otros poetas de la generación del 27, como Alberti, Salinas, Guillén o Cernuda. Y cómo no, los poetas posteriores: José Hierro, Dionisio Cañas, Joan Margarit, Luis García Montero, Rafael Pérez Estrada, Joan Bonilla, Juan Jacobo Wilkins, Antonio Martinez Sarrión, Concha Zardoya, Antonio Lucas y Javier Rodríguez Marcos, entre otros muchos, hasta llegar a gente muy joven que sigue viendo en Nueva York, el alimento para sus poemas.

"Es un tema que los poetas asumen como piedra de toque. Y muchas veces parece que contrastan su capacidad para ser poetas viajando o viviendo en Nueva York", dice este profesor, al tiempo que aclara que la mirada que posan los creadores sobre la ciudad es doble: "Es un Jano poético, por un lado, está la mirada estupefacta ante la grandiosidad de la ciudad, en clave de Walt Whitman, como ente creador de la democracia y crisol cultural. Y por otra parte, encontramos la mirada de denuncia ante la opresión del sistema capitalista".

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