La poesía malagueña; mucha calidad y poca difusión
El fenómeno de la poesía no se refleja en las ventas
Los artistas malagueños piden mayor colaboración con el Ayuntamiento para hacer más visible los eventos poéticos
Entras en una librería y ves en novedades un libro de poesía. Su portada está decorada por una ilustración y su autor no llega a los 35 años. Se logran colar entre los más vendidos. Los jóvenes han conquistado este género, esta vez, en el lenguaje que ellos dominan; las redes sociales. Parece que la poesía está de moda. Sin embargo, las cifras dicen lo contrario.
El director de la Librería Luces, José Antonio Ruiz de la Torre, explica que el año 2017 "fue el más importante en cuanto a las ventas de poesía", habiendo bajado este año "sensiblemente" respecto al año anterior. La librería Áncora, situada en la Plaza de la Merced, recalca que "visiblemente no han subido las ventas" debido a que este género tiene un público "bastante reducido". Jorge Villalobos, ganador del Premio Hiperión de Poesía de este año lo tiene claro: "En 2015 fue el boom en el que se publicó más, llegó a subir un 26%. En número de ventas no llegó ni al 5%".
Sin embargo, esto no es nuevo. Villalobos explica cómo este proceso no es otra cosa que un "proceso cíclico" en vez de ser una moda. "La idea de la moda es fenómeno mediático, en lo cultural, pero el fenómeno de la poesía no está de moda", aclara, "la poesía de las redes sociales sigue la corriente de la Poesía ante la incertidumbre". Al final, todo se repite; "esa acogida, que era un movimiento previsible, se quiso separar diciendo que es un movimiento diferente". El poeta malagueño José Nebreda, autor de Amarte sin haches, también coincide: "La poesía no está de moda, está de moda algo a lo que han llamado poesía". Ángelo Néstore, ganador del Premio Hiperión 2017 y fundador junto con Violeta Niebla de Irreconciliables, Festival Internacional de Poesía en Málaga, al contrario, ve una oportunidad ante esta nueva corriente. "He escuchado mucho que la poesía ha muerto, creo que nunca ha estado tan viva como ahora. Está claro que hay un cambio generacional y un cambio en las maneras de concebir la poesía", justifica.
Sierra Castro, profesora de Ballicherato en un centro de Escuelas Ave María y autora de dos poemarios ve un "resurgir" de este género en Instagram; "Hay mucha gente que escribe, pero hay que mirar entre lo que es buena o mala poesía. Hay muchos oportunistas, tampoco la gente entiende". Entonces, ¿qué se considera poesía?, o, mejor dicho, ¿qué es la poesía para los escritores?
Cada uno vive sus versos de manera distinta, pero todos comparten la pasión por este arte. A Sierra le sale la poesía a borbotones cuando hay una crisis emocional. "Mi acercamiento a la poesía es peligroso", reconoce, "tengo que aprender a escribir desde la felicidad". A Villalobos le gusta la adrenalina de unos versos, "yo considero el arte como un deporte subjetivo y la poesía un deporte de riesgo". Nebreda, por su parte, escribe para "ser leída". "Quiero que se sientan reflejados". Los formatos cambian, pero el sentimiento permanece.
Es inevitable, las tecnologías han cambiado nuestra percepción de ver el mundo. Los jóvenes viven en las redes sociales. Y, por ende, las artes también. "A mí me parece fenomenal que esté porque es necesario para la literatura. La poesía tiene unas bases y tiene que cambiar de aires", reflexiona Jorge Villalobos. José Nebreda, quien escribe a diario versos en sus redes sociales, es más crítico. "Hay gente que hace poesía para ser vendida, no para ser leída", analiza, "¿quién soy yo para llamar a qué poesía? Al final, es un producto que está ahí y no hay que olvidar que las editoriales son una empresa". La realidad es que los versos están a un click de distancia entre el lector y el autor. La poesía cambia sus formatos y lenguajes, al igual que cambian los tiempos. "Creo que se confunde mucho el medio se vincula la poesía con la calidad de la poesía", reflexiona Ángelo, "se vincula con que un poeta en Instagram es malo cuando es una persona normal que publica".
El minimalismo, las frases sencillas y los versos sin rima está lejos de ser algo revolucionario en este género. Las corrientes de la "pos-incertidumbre", la Vanguardia, el Posromanticismo… Todos comparten virtudes, pero todos estos poetas tienen un punto de inflexión; no todo vale en la poesía. "Todo no vale", advierte Ángelo Néstore, "ahora la poesía habla otro idioma, utiliza otros formatos". "Escribir dos versos no hace que hace que seas profundo. Para escribir poesía tienes que leer muchísimo, tener una formación y una mirada crítica", sostiene Sierra Castro. Ella, hace ocho años, creó Encuentros Poéticos a través de la tecnología en Escuelas Ave María. Sus alumnos realizaban videopoemas, un formato que ahora está de moda en Youtube. "Es difícil", relata, "tenemos un temario inabarcable. Como profesora no me permite deleitarme para poderlos enganchar en la literatura". Sin embargo, la poesía es una buena herramienta para conocer mejor a sus alumnos. Algunos de ellos, gracias a estos encuentros, se atrevieron a seguir escribiendo, incluso a publicar sus propios poemarios. Como dice Jorge Villalobos, "escalar" supone un esfuerzo y "unos mínimos" para llegar.
Ante esta situación de "efervescencia poética" los jóvenes se atreven a explorar su literatura a través de versos. Los mismos jóvenes que se expresan con el pelo lleno de colores y atuendos extravagantes quizás están deseosos de coger un micrófono y contar su propia realidad con rimas con la intimidad de un micrófono. La Polivalente es un local donde ofrecen un Micro Abierto de Poesía cada dos semanas. Jorge Villalobos y José Nebreda, los fundadores de este evento, están de acuerdo en que el ambiente que se crea en este lugar está lleno de vida. "El ambiente es puro, es autenticidad absoluta. Ahí la gente es lo que es, da igual a lo que te dediques", suspira Nebreda. Villalobos coincide en que hay muchos tipos de poetas y además "da la oportunidad de ver cómo la gente escribe". "Me encanta", confiesa. Matías Murillo, uno de los fundadores de ese local, cuenta que generaron "el espacio para darle voz a una gente que no tenía donde tenerla".
A pesar de ello en todas las ciudades no impera este mismo ambiente. En Andalucía predomina dos corrientes "potentes", la Egopoética y la Bella Barsovia. En Córdoba y Granada Jorge Villalobos y Nebreda coinciden en que es muy "ecléctica". Pero Málaga tiene ese esa sensibilidad especial. De hecho, los dos últimos Premios Hiperión fueron para jóvenes malagueños. "Hay muchísimo potencial. Málaga está efervescente en la poesía", se enorgullece José Nebreda. Sierra Castro, quien se mueve en otros ambientes, nota que la poesía ha perdido esa inocencia. "Los ambientes poéticos, la literatura, es muy elitista y sectaria. Los que tienen premios y renombre se sitúan en otra escala, no se quieren mezclar con poetas principiantes o avalados por nadie importante".
Estos poetas coinciden en que hay muchos eventos en la ciudad de Málaga, sin embargo, carecen de visibilidad. A este punto cabe preguntarse si la ciudad incentiva la actividad poética en la ciudad. En la poesía adulta, por donde se mueve Sierra, observa que hay "movimiento cultural". "De lo que yo conozco, hay bastantes eventos". Málaga crea eventos de poesía, si bien "hay pocos locales adecuados demasiada actividad literaria", observa Villalobos. "Lo ideal es que hubiera sitios claves subvencionados como fuera La Casa Encendida de Madrid". José Nebreda es más severo con esta situación: "Málaga no incentiva la poesía. Incentiva que venga el ganador de Got Talent, pero no incentiva las actividades locales". Néstore no se puede "quejar" del apoyo recibido para Irreconciliables. A día de hoy colaboran instituciones del tamaño del Museo Picasso o la Fundación Unicaja, "aunque siempre se podría hacer más, decir más para alcanzar un tamaño como Cosmopoética". Mucho ruido y pocas nueces, es decir, muchos eventos y poca difusión. "Hace falta que todo esté mucho más sistematizado, un diálogo entre las instituciones, crear una agenda poética en la que puedan colaborar las entidades públicas y privadas", reflexiona Ángelo. "Las redes sociales han dado un altavoz, pero el Ayuntamiento no termina de consolidar un proyecto sólido y elaborado que los incentive la poesía joven, al igual que sí incentiva los museos", opina el poeta. La poesía está palpitante en Málaga.
Para algunos poetas la poesía es un arma política. En ésta cabe hablar del desamor, la nostalgia, pero también de la política de los cuerpos, los estudios de género, como escribe Ángelo Néstore o el suicidio con su poesía oscura, como indaga José Nebreda. "El lenguaje es político", explica Néstore. "Todo es política, todo tiene una carga ideológica detrás", explica Rocío Tomé en el reportaje ¿Qué pasa con el feminismo en los videojuegos? de José Altozano. "Como pasa con cualquier parte del arte se impregna las circunstancias en las que se han creado", añade Marta Trivi en el mismo. Lorena G. Maldonado, periodista en El Español, explica que la obra cultural refleja el contexto con el que vivimos. Cada obra, cada cuadro, cada representación artística tiene un porqué. Habla más allá de la técnica o la intención del autor. Ángelo habla de poesía LGTBI+ y Queer porque "es su lucha". Villalobos explora el dolor de la muerte en El Desgarro. Nebreda examina aquella poesía que la gente no quiere oír. Los poemas tienen un valor "incalculable". Hogar de Warsan Shire, habla desde la perspectiva de una mujer nigeriana sobre la crisis de los refugiados... "Tienen un valor incalculable porque perduran en el tiempo, porque refleja un momento concreto de una época", recalca Nebreda. Cómeme el dónut está escrito por el poeta malagueño Alejandro Robles. Un estilo muy "irreconciliable" que convive con el panorama poético de la ciudad.
La diversidad de los jóvenes malagueños es evidente. "La poesía joven malagueña no se puede permitir leer con prejuicios", defiende Villalobos. Quizás detrás de todo este fenómeno de poesía juvenil siempre estuvo aquel adolescente que se enamoró de la literatura, indagó en los versos y se vio reflejado en una historia entre sonetos y rimas. La poesía germina en el pecho y ahora los jóvenes han tomado el relevo para crear nuevas formas de poesía. Ellos están listos. Cabe esperar si la ciudad también lo está.
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