Leiro: El imaginario esculpido en madera
Cac málaga | más de diez años de creación de francisco leiro
El CAC Málaga acoge una gran muestra individual del artista gallego que reúne más de 40 piezas entre dibujos y esculturas realizadas a partir de 2005
Se podrá visitar hasta el 7 de enero
Entrar en la sala de exposiciones del CAC Málaga supone toparse con gigantescos seres de madera, robustas formas, cuerpos apilados, dioses de tres metros de altura, figuras antropomorfas, hombres escondidos en sus trajes de faena, convertidos en invisibles por la crisálida que proporciona su vestimenta. Algunos con aspecto de tótem protector, otros formando parte de una escena desgarradora y violenta. Como invitados a una especie de extraña ceremonia, las esculturas figurativas de Francisco Leiro (Cambados, Pontevedra, 1957) llenan de vida el espacio sorprendiendo al visitante, trasladándolo a un tiempo indeterminado entre el pasado más remoto y el futuro mutante, llevándolo por su imaginario personal, que camina en zigzag entre la metamorfosis y la denuncia sociopolítica. Hasta el 7 de enero se podrá ver más de 40 piezas, entre esculturas y dibujos, del artista gallego, "que resume en su obra lo que significa la escultura española de los últimos 50 años", como explica Fernando Francés.
Don Quijote apaleado por unos arrieros es la obra más antigua de la exposición, creada en 2005 cuando residía en Nueva York. Sobre un suelo inestable, tres figuras levantan los palos con los que torturan a un cuerpo central, blanco, inocente e incomprendido, sin rostro determinado. Esta pieza fue creada para la exposición que conmemoró el cuarto centenario del Quijote en el Museo Reina Sofía. Del mismo año es Réquiem, una de las más comprometida de la exposición. Dos figuras de pie, con ropas que pudieran ser de marisqueadores, con mascarillas y guantes, se exhiben con una fotografía de una fuga tóxica en China como telón de fondo. Muy cerca, Cronos, 2013, un ser metamórfico con una pierna de niño que sujeta su hoz como símbolo del paso del tiempo.
De la literatura a la denuncia social, de la mitología a la representación personal del trabajo diario, Leiro transita con la unidad de un lenguaje común, el que transfiere una búsqueda apegada a la raíz, "un expresionismo fuerte, claro y rotundo", como apuntó el alcalde de Málaga en la presentación a la prensa de la exposición. "Con la democracia surgen de repente convulsiones, una diferencia, la de las regiones que buscan en las raíces de lo próximo la singuralidad", comentó el comisario de la muestra y director del CAC Málaga, Fernando Francés. "El arte había estado muy mediatizado y, por primera vez, se podían buscar ese elemento contemporáneo en lo propio", agregó.
En Galicia, en la tierra de final del mundo, frente al Atlántico, al azul y a la emigración, como señaló Francés, creadores como Leiro partieron del "compromiso vivencial para llegar al social". Y subrayó que "Leiro se ha movido entre lo imaginario, lo literario y poético y el compromiso social en diferentes etapas, desde elementos románticos a la dura realidad de la vida, a la violencia, a la ruptura de las normas de convivencia, a los totalitarismos, a los desastres provocados al planeta, a los desencuentros sociales". Todos ellos respaldados por materiales robustos y cercanos, especialmente madera, pero también granito, mármol, hierro, bronce, fibra de vidrio y resinas. Algunas al natural, otras con mayor contraste de color o con una pátina.
"Llevo muchos años trabajando y he hecho de todo tipo de temas", confesó ayer Francisco Leiro. Pero indicó que un grupo bastante importante de piezas que se muestran en Málaga "responden a una búsqueda que hice sobre la ropa de las personas, que provoca sensaciones, dramas... me llamó mucho la atención hacer una escultura figurativa en la que el individuo desaparece envuelto en su crisálida, como esos operarios que no se ven tras su uniforme". La ropa, en este caso, transforma la percepción de la persona, como apuntó el artista gallego. En cuanto a sus obsesiones, aseguró que "los artistas siempre estamos obsesionados con todo, vamos para adelante y para atrás" y aludió a su inicial formación surrealista que, a principios de los 80, dio un giro hacia la escultura figurativa. En ella lleva instalado cuatro décadas.
"Mi trabajo anterior era más irónico y humorístico, éste es más serio, con piezas que parten más del mundo del imaginario y otras con contenido sociopolítico", explicó el creador gallego. También comentó que sobre los materiales elegidos pesan muchos factores y que cuando hace el proyecto en el dibujo "ya veo si me pide color o no, aunque realmente uso el color como pequeños toques". En cuanto a las piezas de gran formato, " a los escultores nos suele gustar que las piezas estén por encima del tamaño natural, que midan más de dos metros y este espacio requería piezas de este tamaño".
Para el propio Francisco Leiro "mis esculturas giran en torno al cuerpo humano y generalmente son narrativas, en algunos casos se acercan a las fábulas y narraciones populares. En otros hago interpretaciones desacralizadas de temas mitológicos y religiosos".
Fernando Francés explicó que el artista "es claramente uno de los firmes ejemplos de cuando el arte es compromiso con la vivencia y el pensamiento autobiográfico. Leiro se compromete, se empapa de la realidad, de las masacres, de las injusticias y los asesinatos, de la desmesurada violencia que existe para trasladarlo a sus esculturas, donde nos encontramos con la cruda realidad, con personas muertas, inocentes que reciben palizas, trabajadores que recogen restos humanos del suelo o limpian un desastre causado por los propios hombres".
Con tan sólo 18 años, el autor realizó su primera exposición individual en su ciudad natal. Era 1975. A finales de los 80 se trasladó a Nueva York para que su trabajo cobrara cada vez mayor interés por la abstracción de la figura y el cuerpo. Como comenta el comisario en la nota de sala, en los noventa se producirá una progresiva desaceleración de elementos oníricos y la imaginación se pone al servicio de resultados más formales y narrativos, abriendo así paso a los cambios producidos en el 2000, donde se impone un ritmo más atento a la realidad.
Operario, 2009, es otra de las piezas de la muestra en la que se habla de temática social. En ella impera la geometría, la figura se agacha para recoger restos que podrían ser humanos. Leiro, como subraya el comisario, busca exaltar a héroe al ser humano corriente. Otra de las impactantes obras es Alepo 2, realizada en 2016. Se trata de una composición piramidal para conseguir un efecto de apilamiento del cuerpo de las personas asesinadas en el conflicto sirio, blanquecinas, retorcidas de dolor.
Busto parlante, 2016, la más actual de la muestra, es la única que incluye una arquitectura a modo de teatro. La escena, inspirada en la temática quijotesca, se sucede en dos niveles, con varios personajes de diferente color. También se exponen dos grupos escultóricos relacionados con la Divina Comedia, de Dante Alighieri. Por un lado, Supervisor y tres acarreadores, 2013, en el que tres figuras cargan con piedras muy pesadas y otro, con la postura de haberlas cargado previamente, parece dirigirles. Por otro, los tres Aluguer que cargan con el peso de lo que parece ser la figura de una persona, aunque quizás sean las culpas de sus propias almas.
Forman parte de la muestra otra serie más surrealistas, antropomorfas como Madama, Cronos, Ponte, Moscón y Mosquita. Y en Ponte, 2016, la liquereza con la que el artista trata la madera parece conseguir que esta escultura levite por sí sola. Relacionadas con el antropomorfo se exhiben Patas arriba verde y Patas arriba negra, ambas de 2016, en las que medio cuerpo son una palmera con las piernas haciendo de ramas. Impresiona igualmente Lugh, 2010, una escultura de más de 3 metros de largo que se encuentra tumbada dentro de un féretro transparente, mostrando su majestuosidad como el dios celta Lugh. Relacionada con la muerte y los ataúdes se encuentra también Box, 2011, pieza en la que dos obreros parecen estar cerrando una caja sobre la que están apoyados.
Acompañan a la exposición una serie de dibujos realizados en su mayoría en este año 2017 y que son trabajos preparatorios para futuros proyectos de este escultor gallego cuya obra está presente en colecciones de todo el mundo.
También te puede interesar