Llega a Málaga 'Noches de acero', el debut en la dirección de Eduardo Velasco

Después de su exitoso paso por el Teatro Lara de Madrid durante los pasados meses de diciembre y enero, Noches de acero desembarca en Málaga. El Teatro Echegaray acoge este fin de semana (hoy a las 21:00 y mañana a las 20:00) una obra en la que prima el texto y el trabajo actoral y que tiene buena parte de denominación de origen malagueña. Eduardo Velasco, intérprete formado en Málaga, al que se pudo ver en la reciente representación de De ratones y hombres en el Cervantes dentro del Festival de Teatro, se estrena en la dirección con un thriller escrito por Saúl F. Blanco y protagonizado por Juan López-Tagle y la malagueña Laura Río, que presentaron ayer la obra en la capital junto a la ayudante de dirección, Noelia Rosa, y el responsable del diseño de iluminación, Javier Horcajada .

La misma Río da vida a Isabella, mientras Juan López-Tagle encarna a Bosco, dos personajes antagónicos en un juego de opuestos que representan respectivamente la luz y la oscuridad. Los actores se han zambullido en este "viaje a los infiernos" tomando los riesgos artísticos inherentes a un trabajo desnudo, con escenografía sencilla y simbólica, y en el que las herramientas principales son unos personajes que fueron construyendo ensayo tras ensayo, en "un ejercicio de amor por la profesión" en palabras de la intérprete malagueña. Y el modelado del "sorprendente" texto del joven Saúl F. Blanco dio resultado. "Hemos quedado muy sorprendidos con el montaje, el texto, la puesta en escena y la respuesta del público. La prueba es que la gente salía tocada en el Lara", afirmó López-Tagle.

Noches de acero es una producción de Mesina Troupe "llena de almas y entrañas" con la que debuta como escritor teatral Saúl F. Blanco. Los personajes, dos supervivientes en un mundo que se devora a sí mismo, danzan entre las cuatro paredes de una habitación y viven al límite. Los dos actores recurrieron ayer al símil que ofrece un "ring de boxeo" para referirse a la interacción entre Bosco e Isabella. Un intercambio que circula por dos caminos, la realidad representada por el desahucio y el declive económico y espiritual de él y la ficción apegada a una historia de amor. Dos vías a las que se suma una tercera, la del silencio y la sospecha, que al decir de la ayudante de dirección, Noelia Rosa, le da a la obra un carácter de thriller.