La disconformidad de Tomás Llorens, historiador decisivo para comprender el devenir del arte español en el último siglo, con las decisiones tomadas desde el Ayuntamiento y bendecidas por Carmen Thyssen respecto al organigrama del Museo Carmen Thyssen-Bornemisza de Málaga, han culminado con la presentación de su dimisión junto a la de la directora del centro, María López, pero venían siendo notorias desde hace semanas. Fuentes cercanas al Patronato de la Fundación Palacio de Villalón, de la que el mismo Llorens formaba parte hasta ahora, han confirmado que Llorens no participó en la instalación de la colección permanente en las salas del museo, que comenzó el pasado 8 marzo con la presencia activa de la misma baronesa.

El especialista no asesoró en modo alguno este montaje, lo que no deja de resultar paradójico habiendo ejercido como conservador del Museo Thyssen de Madrid durante décadas y con una reputación internacional incontestable. De nuevo, la elección de Javier Ferrer como gerente sin que se abriera ningún proceso de selección al respecto se encuentra detrás de este desencuentro, con la negativa del propio Llorens por lo que consideraba una injerencia política.

Llorens, que no estuvo presente en la presentación del Museo Thyssen ante los medios el pasado 23 de marzo, aunque sí estuvo en la inauguración oficial del día siguiente, sí participó en el diseño de la primera exposición temporal con obras de maestros del siglo XX (De Picasso a Tàpies), prevista en un principio para la misma fecha de la inauguración y posteriormente retrasada hasta mayo. Sin Llorens en el Patronato, queda aún por ver en qué medida su dimisión afectará a la organización de ésta y otras muestras temporales, además de a la propia vida del museo, del que en principio representó una pieza tan necesaria como insustituible