Cultura

López Cuenca denuncia la "cultura convertida en mercancia"

  • El artista malagueño presenta en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo una muestra contra "los peligros de la lógica neoliberal"

El artista malagueño Rogelio López Cuenca, que ha presentado en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), en la Cartuja de Sevilla, su exposición Cercanías, ha asegurado que con esta muestra trata de denunciar los "peligros" de "la lógica neoliberal que considera que la cultura es una mercancía". En el ámbito cultural, "estar más interesado en la cosecha que en la siembra; es muy peligroso, y en cultura todos los recortes son muy peligrosos" porque, según el artista, no se trata de gastos sino de inversiones.

La muestra de López Cuenca, que el artista no consideró una retrospectiva sino "un nuevo discurso" elaborado con obras suyas anteriores, denuncia igualmente "la simplificación de la historia local que exige el turismo, con la lógica de los suvenires, a los que definió como "recuerdos de una experiencia que no hemos tenido". El artista también rechazó la "idealización de la cultura para excluir la realidad", y puso como ejemplo la "idealización" de todo el legado histórico y artístico árabe en Andalucía, con la Alhambra a la cabeza, para seguir rechazando "a los moros". O en el caso de los gitanos, aplaudirles cuando están sobre el escenario interpretando flamenco, pero eludir al mismo tiempo su compañía social.

Otro ejemplo que puso López Cuenca fue "la picassización de Málaga" que se ha efectuado con motivo de la apertura en esta ciudad de un museo dedicado al genial pintor, un proceso que, según López Cuenca, arranca con un discurso "homogéneo" en la prensa los años previos a la inauguración del museo y concluye con detalles como que una iglesia que figuraba en las guías turísticas con torre mudéjar lo haga ahora como el templo "donde se bautizó Picasso".

El director del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes, definió Cercanías no como una exposición sino como "una instalación" efectuada con obras independientes y advirtió que, en cualquier caso, "no es una exposición complaciente ni trata de una exaltación de lo andaluz, sino de todo lo contrario". En efecto una de las salas que ocupa la muestra reproduce el interior de una tienda de las que rodean la Alhambra, con todo tipo de recuerdos y cachivaches propios de estos establecimientos. Álvarez Reyes señaló que la exposición también habla de migraciones, "de las del norte, que bendecimos con el nombre de turismo, y de las sur, que maldecimos con el nombre de inmigración ilegal".

López Cuenca añadió que, como señala el título de la muestra, todo en ella hace referencia a proximidad, mediante "elementos familiares aunque sometidos a un tratamiento de extrañamiento", de modo que el visitante de la exposición sea algo más que un mero espectador o "consumidor pasivo" y haga de interlocutor. Para lograrlo, el artista aseguró que ha tratado de "defraudar las expectativas" de los espectadores no ofreciéndoles "un espejo complaciente con ellos mismos o con su sociedad".

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