Cultura

López Cuenca alerta de los peligros del turismo en la muestra 'Cercanías'

  • El autor propone en el CAAC una reflexión sobre cómo la industria vacacional reinventa la Historia y transforma la vida · Toma como símbolos la 'picassización' de Málaga y la comercialización con la Alhambra

Un cartel que anuncia Málaga como ciudad natal de Picasso se agita con el viento. El plano del vídeo se abre, y el espectador que asiste a la proyección tiene una nueva perspectiva: la publicidad cuelga de la pared huérfana de un edificio demolido. Este contraste es uno de los muchos que habitan Cercanías, la exposición que Rogelio López Cuenca (Nerja, 1959) ha preparado para el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). En la muestra, el artista reúne "elementos próximos, pero tratados desde el extrañamiento" para alertar de los peligros del turismo y su capacidad para reinventar la Historia y transformar la vida, en una propuesta que también reflexiona sobre ese otro turismo contemplado con recelo, la inmigración, y se abordan las contradicciones con las que Occidente ha forjado una imagen irreal del mundo árabe.

López Cuenca sorprende, como señala el director del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes, con una exposición "nada complaciente, en la que deconstruye mitos de esta tierra". El autor opina que "la creación de cultura no puede considerarse como tal si no implica una crítica" y por ello no tiene miedo a cuestionar esos símbolos sagrados con los que Andalucía se promueve en el exterior. El retrato de la picassización de Málaga es uno de los dardos más certeros. En una pared, el creador recopila recortes de periódicos sobre la apertura del Museo Picasso, un hecho celebrado por la prensa como "el acontecimiento cultural más importante de la historia de la ciudad". El malagueño ahonda a través de este material en "el modo en que se crea una opinión pública homogénea", cómo se redibujan los contornos del pasado. "Hay una iglesia que salía en las guías por su torre mudéjar. Ahora aparece porque fue allí donde se bautizó Picasso. Es interesante cómo se reinventa la Historia a través de la leyenda del pintor, de episodios poco constatables, un ejemplo de cómo el capitalismo posindustrial hace de la cultura una mercancía".

Una sala dedicada a la Alhambra, atestada de souvenirs, avisa que "no podemos consumir nuestra Historia con esta superficialidad. Los souvenirs son recuerdos de experiencias que no hemos tenido", comenta López Cuenca. En otro apartado de la muestra, el artista juega con la repetición de la misma postal de un paisaje para poner de manifiesto lo que oculta el turismo: esa playa paradisiaca ha sido testigo, como apuntan varios textos, de asuntos de drogas, conflictos de propiedad o el desembarco de inmigrantes en busca de un futuro más próspero.

El paraíso de los extraños, otra de las paradas de la exposición, destapa la idealización del pasado árabe mientras se mira con temor la inmigración de países islámicos. "Queremos al moro por su gastronomía o por su arquitectura, pero el moro como persona nos parece incómodo. Pasa lo mismo con el gitano: lo queremos en el escenario, haciendo algo creativo, pero no en nuestra vida". Un cuestionario que puede realizar el visitante arroja luz sobre esa ignorancia con que se concibe al otro. "Si nos preguntan por algún personaje de la literatura árabe, todos aludimos a Sherezade o Alí Babá, como si el mundo se hubiese detenido en la Edad Media", lamenta López Cuenca.

Cercanías, de Rogelio López Cuenca. CAAC. Hasta el 15 de mayo. Martes a domingo, de 11:00 a 21:00. Entrada gratuita, martes a viernes de 19:00 a 21:00 y sábados de 11:00 a 21:00.

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