"M-Clan nació con el rock entre las cejas"

Carlos Tarque (Santiago de Chile, 1969) es desde 1992 la voz de M-Clan, uno de los grupos de rock más respetados del panorama nacional. Tras 18 años en los escenarios ahora camina en este proyecto sólo junto al guitarrista Ricardo Ruipérez, otro de los miembros fundadores de la banda. Acaban de publicar un nuevo trabajo, Para no ver el final, un disco con el que estuvieron ayer en la sala París 15 y con el que llegan hoy a Granada.

-Parece que Para no ver el final va a ser un disco muy importante para M-Clan que va a abrir una nueva etapa para el grupo...

-Estamos supersorprendidos con todo lo que nos está pasando y muy motivados. Presentaremos el nuevo disco y haremos un repaso por todos nuestros temas clásicos en un concierto de unas dos horas llenas de energía, de rock, soul, blues y de participación con el público, que es lo que nos gusta sobre todo.

-En esta gira el ambiente va a ser más íntimo ya que muchas de las citas, como la de Granada, son en teatros. ¿Es una forma de elegir al público?

-Sí, así sabes que la gente que ha venido va a ver música no es gente que pasa por las fiestas del pueblo, sino gente a la que le interesa estar. Eso se nota mucho porque el concierto es más cálido, ya que los asistentes están ansiosos de ver al grupo y nosotros de conocerlos a ellos también.

-¿Cómo es ahora el público de M-Clan?

-Creo que tenemos un público muy amplio pero sobre todo al que le gusta la música por encima de modas, de estilos y de canción del verano. Hay gente desde 14 años hasta 65.

-¿Qué conexión tiene este nuevo disco con el soul?

-El soul ha sido un sonido que ha formado parte de nuestra historia y la música que hemos escuchado durante años. La música negra en general, de raíces anglosajona sobre todo, es lo que más nos ha instruido a nivel musical. En este disco hemos integrado una sección de metales que da ese toque soulero, siempre teniendo en cuenta que nosotros tocamos rock.

-¿Recuerda este disco a los comienzos de la banda?

-Yo no lo sé. Si a alguien le recuerda, a lo mejor sí... Puede haber una conexión con los inicios de la banda, pero yo creo que M-Clan siempre ha tenido un sonido bastante conectado entre los discos, aunque unos tengan un sonido un poco más pop y otros más roquero, pero hacemos un estilo que está siempre muy cerca.

-Tras el éxito de Memorias de un espantapájaros, ¿ha sido arriesgado dar esta vuelta de tuerca?

-Pues no nos planteamos si la cosa es arriesgada o no lo es. Nosotros hacemos la música que nos sale y como nosotros la vemos. Y tampoco pensamos si hay que arriesgar. Hoy por hoy hacer un disco es muy arriesgado porque nadie los compra, lo que pasa es que cuando es lo que te sale de dentro no puedes hacer otra cosa.

-¿Cómo ha sido la evolución de M-Clan a lo largo de estos 18 años?

-Eso no lo sé decir, es algo que se ve desde fuera. Creo que M-Clan es un grupo que nació con el rock entre las cejas, el rock americano, el blues..., y por ahí nos estamos moviendo. El grupo ha tenido tres fases. La primera de los dos primeros discos es un poco más underground, para fans más cerrados, y luego tuvimos una fase más comercial y abierta al público con Carolina y Llamando a la tierra. Ahora estamos en un punto en el que estas dos fases nos han hecho llegar a una tercera que reúne las condiciones de las dos. Realmente estamos muy cómodos ahora.

-¿Es el mejor momento del grupo?

-Yo creo que sí, siento que ahora estamos en nuestro mejor momento.

-Este disco se titula Para no ver el final. ¿Significa que hay M-Clan para rato?

-La verdad que el título no tiene nada que ver con unos sentimientos, simplemente es el título de una canción, pero sí que es cierto que en M-Clan yo no veo el final, por ahora.

-Compagina su trabajo en M-Clan con la escritura. Acaba de publicar un libro...

-Es de poemas y en él participa el fotógrafo Thomas Canet. Se llama Sótanos, tierra y montañas rusas y es de la editorial Antonio Machado. Lo acabamos de sacar y estoy muy ilusionado también con él.