Cultura

Malú: "Me gusta estar detrás de todo lo que pasa dentro y fuera del escenario"

Malú posa durante una sesión de fotos.

Malú posa durante una sesión de fotos. / M. H.

Malú se mantuvo alejada de los escenarios por casi cuatro años. Una fractura de ligamentos -operación incluida -durante un ensayo en octubre de 2018, sumada a la pandemia y al nacimiento de su hija Lucía, la obligaron a hacer una pausa. A ella, que llevaba grabando y girando con una exigencia altísima desde hacía años. Con todo, desde el pasado mayo, ya completamente recuperada y con la maquinaria artística engrasada, se encuentra inmersa en la presentación de su último disco, Mil Batallas, que desembarca este sábado en el Auditorio Municipal Cortijo de Torres. 

-Empezó en la música con 16 años. Si pudiera Volver a empezar, como la canción de Antonio Orozco, ¿haría borrón y cuenta nueva o volvería a andar el mismo camino?

-No, para nada. Andaría el mismo camino para volver a aprender todo lo que he aprendido. Obviamente, con lo que sé ahora hay cosas que cambiaría, pero creo que he llegado hasta aquí por todos esos pasos que di en el pasado, así que lo andaría igual.

-Siempre reivindica la libertad, una forma de vivir, en cierto modo, acompañada de contradicciones y que se refleja en sus interpretaciones, que pueden ir desde las baladas dulces y hasta los temas más cañeros. ¿Qué faceta predomina en su día a día? ¿La más suave o la más potente?

-Ambas facetas predominan en mi día a día, y creo que en el de cualquiera. No todo en la vida es suave ni tampoco super potente, sino que hay momentos para cada emoción y canciones para cada momento. Es lo bonito de la música: que te acompaña en una historia triste, pero también en una superfeliz.

-En cualquier caso, la fórmula funciona, puesto que cuelga el cartel de no hay billetes con frecuencia. ¿Cómo se ancla al suelo una artista con tantos miles de seguidores?

-Estando muy cerca de los míos, haciendo cosas muy normales… Cuando bajo del escenario soy una persona normal. Me gusta pasar tiempo con mi familia y amigos, salir a tomar un café o cocinar… Creo que el secreto está en conseguir un equilibrio. Éso es maravilloso. 

-En cuanto a la crítica, tiene en su haber innumerables premios; muchos de ellos de gran prestigio. ¿Cuál es su forma de afrontarlos? ¿Le suponen una inyección de moral o es de esas personas que se limita a tenerlos en el trastero?

-Afronto los premios con mucha ilusión, muchísima. Porque son un reconocimiento de mi labor y éso me hace muy feliz. Al final, te animan a seguir trabajando duro y dando lo mejor de ti misma. 

-También ha colaborado con decenas de artistas de prestigio: Joaquín Sabina, Alejando Sanz, David DeMaría… ¿Se le resiste alguien después de tantos años de carrera? 

-Compartir canciones y escenarios con compañeros es siempre un lujo. Tengo la suerte de haber podido hacerlo con muchísimos a los que quiero y admiro y espero poder hacerlo con más.

-¿Y de los que ya no están? ¿Le hubiera gustado compartir escenario con algún mito desaparecido? 

-Claro que sí. Ahora mismo te podría decir mil nombres. Hay grandes artistas que nos han dejado grandísimos temas, así que claro que me hubiera gustado compartir escenario con muchos, tanto nacionales como internacionales.

-He leído que se considera "muy perfeccionista" y que le cuesta delegar. ¿Cómo mantiene ese nivel -o principios, si se quiere- con un tren de vida como el suyo?

-Sinceramente… Es muy complicado. De hecho, hasta hace muy poco no he podido hacerlo porque me gusta estar detrás de todo lo que pasa dentro y fuera del escenario, pero también te digo que estoy aprendiendo y es muy liberador.

-Ha comentado alguna vez que, de no haber tenido aquella terrible lesión, no habría parado. Algo que, pese a todo, le vino bien para reflexionar y pensar con calma cómo se tomaba algunas cosas. ¿Cree que después de éso sabría identificar cuando volver a decir basta si fuera necesario?

-Pues no lo sé, espero que sí, por ahora no he tenido la necesidad. Estoy en un momento en el que me siento muy feliz sobre el escenario, pensando en nuevos proyectos, nueva música… También con muchísimas ganas de seguir.

-En los últimos años, además, ha experimentado grandes cambios en su vida personal. Una metamorfosis, a veces atropellada, que usted misma esboza en letras de su último disco, como la que dice: "Abran fuego, empieza el baile / que si aciertan me da igual". ¿Se refleja eso en una Malú más madura artísticamente hablando?

-Malú ha ido pasando por diferentes etapas, como cualquier persona en el mundo, y con los años y las experiencias maduras quieras o no. Artísticamente, he estado trabajando desde que tenía 16 años y he pasado por tantos momentos… Me quedo con algo bueno de cada una de ellos, siempre me gusta sacar algo positivo.

-¿Qué batallas le quedan por librar?

-¡Seguro que muchas! Buenas, malas o regulares. En éso consiste la vida. 

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