Cultura

Manuel López, el pianista de la mano izquierda, toca el sábado en Alhaurín de la Torre

En el concierto, Manuel López interpretará obras, adaptadas a una mano por él mismo, de Chopin, Bach, Albéniz o Falla

En el concierto, Manuel López interpretará obras, adaptadas a una mano por él mismo, de Chopin, Bach, Albéniz o Falla / Manuel López (Málaga)

Manuel López, un músico malagueño, toca el piano desde los 4 años y sufre desde los 21 una enfermedad llamada distonía focal que le afecta al movimiento de la mano derecha y hasta 2017 un neurólogo no se lo confirmó. Desde el 2000 hasta el año 2016 dejó la música hasta que decidió regresar para dar un último concierto por su abuela. Después de sufrir un ictus en 2018, se atrevió tocar el piano solo con la mano izquierda, adaptando las obras de compositores como Bach, Liszt o Chopin.

Este sábado dará un concierto en el Centro Cultural Vicente Aleixandre de Alhaurín de la Torre. El repertorio que interpretará se divide en dos partes. La primera consiste en una recopilación de compositores clásicos como Brahms, Aleksandr Skriabin, Chopin, Bach o Frank Liszt. Las obras de la segunda parte son todas españolas de compositores como Granados, Albéniz o Falla y también tocará el Concierto de Aranjuez de Rodrigo. Todas estas obras están adaptadas, por él, para ser interpretadas con una mano.

A la hora de empezar en la música fue su abuela quien lo impulsó y con cuatro años lo llevó al conservatorio para que empezara a aprender a tocar el piano. No fue hasta los seis que ingresó en el conservatorio de Pozuelo en Madrid. Desde un principio, todos le decían que tenía talento y buen oído. Recuerda con cariño a su profesora Gema Simón, quien es “una referencia” dentro de su vida pianística.

Tras llegar de un concierto de un compañero de clase, López con 10 años, aseguró que de mayor “quería ser concertista de piano”. Ahí nace su vocación y su evolución era notable, ya que durante los grados elemental y medio del conservatorio “sacaba muy buenas notas”. Con 14 años se dio un golpe en la mano derecha, el cual cree que podría ser el detonante de su enfermedad, pero “nunca podré asegurar de dónde viene la distonía porque esta puede proceder de un factor ambiental, genético o un golpe”. Lo que sí sentía era que “no poseía el virtuosismo natural que solía tener cuando tocaba lo que quería”.

Al entrar con 15 años al Conservatorio Superior de Madrid, achacó su situación a la presión por ser el más joven entre sus compañeros. Hasta que con 17 años observó cómo se curvaban “el tercer y cuarto dedo de la mano derecha hacia la palma de forma involuntaria”. Por aquel entonces no le dio importancia, además no tenía información y entre los músicos era un tema considerado tabú.

A compositores como Schuman, remarca el pianista, les sucedió lo mismo, pero a una edad más avanzada. Por lo que ellos “habían disfrutado de la música, pero yo no sabía por dónde tirar”. Al terminar los estudios de piano decidió trasladarse a Rotterdam, pero tras ver que no avanzaba,  regresó a Madrid, donde se quedó porque veía que por más que practicaba había obras que no conseguía dominar. A partir de entonces “empezaron los intentos fallidos, iba a peor y muy a mi pesar dejé el piano”. Asimismo, intentó tocar el violonchelo, pero desistió y se trasladó a Málaga.

Una vez instalado en su ciudad natal, empezó a trabajar en marketing, pero “siempre echando de menos la música”. En 2010, se trasladó a Rusia buscando un cambio en su vida, donde siguió con el marketing a la vez que acudía a diferentes teatros a escuchar música clásica. Tras regresar a Madrid en 2016, leyó sobre que había otros músicos, con esa misma condición, que habían logrado recuperar el 90% de la movilidad. Por lo que se puso a practicar para poder interpretar un concierto para su abuela. A pesar de que sabía que tocaba muy bien, se dijo que podía "tocar mejor”. Esta es la razón por la que acudió a una clínica, que más que mejorar su situación, la empeoró. Después de pasar por un tratamiento fallido, regresó al marketing, aunque “no podía ni escribir en el ordenador”.

En 2017, encontró un médico en Japón que asegura que mitigaba los síntomas de la distonía focal a través de “una operación llamada talamotomía”. La distonía focal es una condición neurológica que se fija en el tálamo, por ello el profesional quería acceder a este por radiofrecuencia, en una operación, en la que “en tiempo real vas tocando el piano o la guitarra y el va observando cuál es el problema”.

El 22 de diciembre de 2018, Manuel se opera, pero durante el procedimiento, sufre un ictus y debe regresar a España. Estuvo durante seis meses sin salir de su casa, aprendiendo a hablar de nuevo y apenas podía mover la mano derecha o andar. En enero de 2021, tras mejorar un poco, se dio cuenta de que podía tocar “el piano con la mano izquierda porque veía que con la derecha no llegaba”. Nadie de su entorno lo veía posible, pero en abril del mismo año decidió que quería dar un concierto y lo consiguió. El 3 de agosto tocó el piano, por primera vez, en público con la mano izquierda en Torremolinos.

Desde entonces ha dado distintos conciertos en Málaga, Almería y Madrid. A día de hoy, López sostiene que aunque está satisfecho con las obras que interpreta, le está naciendo “la inquietud de empezar a componer" pero desconoce cuándo lo hará, solo sabe que quiere que sea pronto.

De este modo, el pianista de la mano izquierda ha decidido crear la Asociación Española del Músico Distónico para dar soporte, tanto moral, como físico y psicológico a todos los músicos que viven con esta condición. También quiere recaudar fondos con sus conciertos e intentar que todo el mundo conozca esta enfermedad y que aquellos que la tengan vean que, aunque no tiene cura, pueden vivir con ella.

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