La ciudad de Marbella rendirá tributo al visionario del paisajismo, arquitecto y urbanista Melvin Villarroel (La Paz, Bolivia 1931-Marbella 2010) el próximo jueves inaugurando una avenida y un busto con su nombre. Villarroel es conocido por la integración en el medio ambiente, la ecología, el equilibrio y calidad de vida que plasmaba en todos sus trabajos y además, fue el precursor desde Marbella, a principios de la década de los 70, de las propuestas Pueblo Andaluz, Ciudad Jardín y Arquitectura del Vacío, con las que se adelantó considerablemente a su tiempo, en contra de la moda imperante en ese momento de construcción vertical con elementos urbanos.

Esto es precisamente lo que cuenta una de sus hijas, Antonia Villarroel. "El legado de mi padre es tremendo, no por lo que ha hecho en sí, sino por lo que Marbella afrontará urbanísticamente en el futuro basándose en su obra".

Los que lo conocían lo definen como hombre adelantado a su tiempo. Sus bases arquitectónicas, entre las que se incluye integrar la naturaleza como elemento clave en la construcción, continúan reflejándose en multitud de proyectos de diversa autoría que se realizan en la ciudad y fuera de ella. Estas bases encuentran también continuidad en el trabajo de sus propios hijos que, al frente del estudio de su padre, buscan "continuar con la tradición de la arquitectura andaluza y malagueña con una perspectiva modernista apta para el siglo XXI", afirma su hija.

Su primera obra fue el Hotel Puente Romano de Marbella, inaugurado en 1974, que revolucionó el planteamiento arquitectónico y paisajístico del resort turístico. Su firma ha dado la vuelta al mundo y ha llegado hasta China, donde los hijos, al frente de su estudio, trabajan actualmente.

"Fue un hombre adelantado 10 o 20 años a su tiempo", afirma Villarroel, que cuenta lo común que resulta en la actualidad la idea de hoteles resort. Pero, como ella misma afirma, "Melvin se antepuso a los tiempos creando en algo más de un millón y medio de metros el complejo resort del Hotel Abama en Tenerife y otros tantos cuando aún la concepción del espacio como una pequeña ciudad no era frecuente".

Asimismo, el tributo que le rinde la ciudad pretende hacer de la obra de Villarroel una ruta turística. Esta "idea espectacular", como la define su hija, creará "escuela" y dará a conocer sus trabajos más emblemáticos en Marbella, entre los que también destacan las suites del Hotel Marbella Club.

Este legado ha proporcionado a Marbella un estilo y un perfil propios. Como afirma su hija "la obra de mi padre ha sido de gran repercusión y él estaba orgulloso de que lo copiaran o imitaran su modelo de construcción, consciente de la trascendencia de éste".

Villaroel añade que su padre fue "un visionario", que llegó a China "cuando aún nadie había empezado". El estilo del arquitecto bolivia no -afincado en Marbella- refleja el espíritu mediterráneo y "es adecuado para cualquier ubicación del mundo en una latitud similar", asegura. De hecho, los proyectos realizados en el país asiático por Villarroel están inspirados en Marbella.

Sus hijos y su mujer se muestran "muy agradecidos" con este homenaje aunque hubieran preferido que su padre lo "disfrutara en vida" . Pese a ello, la familia reconoce "estar encantada" con la Avenida con el nombre del arquitecto, junto al Hotel Puente Romano. Asimismo se descubrirá un busto obra de Víctor Ochoa.