María Adánez asume las pasiones enfrentadas de 'La señorita Julia'

Cuando una actriz se enfrenta a un personaje como el de La señorita Julia sólo puede crecer. María Adánez entiende así el nuevo regalo interpretativo que llega de la mano del director Miguel Narros (con el que ya trabajó en Salomé) y que estará en cartel en el Teatro Cervantes hoy y mañana. Tras año y medio de gira la intérprete puede afirmar que la obra cumbre de August Strindberg "no deja indiferente a nadie".

Para Adánez el teatro "es el riesgo" y una oportunidad de madurar como profesional. "Además este es un personaje que te pide cierto bagaje emocional en la vida. Probablemente si me lo hubieran ofrecido antes hubiera dicho que no", aseguró. El clásico drama llega ahora en versión de José Carlos Plaza, para relatar esta lucha de clases, de sexos y de ideas con la que Strindberg, además de destripar las contradicciones de la sociedad decimonónica, exorcizó sus fantasmas personales.

La trama transcurre en una sola noche, la Noche de San Juan para contar la trágica historia de una joven aristócrata que juega a provocar a su criado y que, contra su voluntad, acaba siendo seducida y humillada por él. En un breve espacio de tiempo La señorita Julia pasa por tantos estados emocionales "que da la sensación de estar haciendo veinte personajes en uno", sostuvo la actriz.

A diferencia del personaje de Salomé el de esta aristócrata atribulada le enriquece mucho más. "Aborda la pérdida del honor en la mujer, un lastre que hoy está más superado pero que tienes la sensación de que a pesar de ser un texto escrito en 1888 aún queda mucho camino que andar", expresó.

En esa lucha por intentar ser libre, desprenderse de la culpabilidad y salir de su condición el autor ha elegido poner la conciencia y los prejuicios en la clase obrera -el criado- más que en la aristocracia. "Ella es un ser mucho más libre, educada en valores, con formación, moderna", describió Adánez. "Ella sólo quiere ser y sentir", matizó.

La actriz (popular por su papel en la serie televisiva Aquí no hay quien viva) se enfrenta así a su regreso a los escenarios con la satisfacción de estar en su medio natural. "No me aparta de nada, quiero seguir haciendo teatro toda mi vida. He encontrado mi sitio y supone una forma de reciclarme. Si te fijas todos los actores de cine americanos e ingleses tienen una gran tradición teatral. Es la cuna, la esencia lo más artesanal", opina.

La señorita Julia ha sido puesta en escena en innumerables ocasiones y países, y ha servido de inspiración para numerosas películas, óperas e incluso ballets. Directores como Bergman y Fassbinder la han llevado al teatro y actrices como Anita Björk, Isabelle Adjani o Saffron Burrows han tenido el lujo de encarnar los caprichos de la aristócrata.