Cultura

María Pagés busca "el cielo" en el Teatro Español para evocar la ética de Niemeyer

  • La bailaora y coreógrafa escenifica hasta el 30 de diciembre 'Utopía' con ocho bailarines y siete músicos

El centenario arquitecto Oscar Niemeyer ataca por las curvas las imperfecciones del mundo en busca del ideal que inspira la Utopía de María Pagés, empeñada ella también en reivindicar a golpe de tacón, vueltas y brazos infinitos que es sólo en la ética donde está el hogar del hombre del futuro.

Utopía se estrenó en el que era el Centro Niemeyer de Avilés el pasado 8 de octubre y, tras una función al día siguiente allí mismo dedicada a los jóvenes, ha estado guardada como oro en paño hasta su estreno en Madrid, en el Español, donde permanecerá en cartel hasta el 30 de diciembre. "Aquello fue muy especial. Estar en ese sitio tan lleno de la energía de Oscar... Me sentía muy tranquila porque todo fluía. Un estreno es siempre muy estresante pero aquel fue de disfrutar y además vino mucha gente de Japón, donde se representará en 2013, y de Moscú, donde se verá, en el Festival Chejov", explica la bailaora y coreógrafa.

A la compañía, desvela, "le gusta mucho" hacer Utopía "y no siempre pasa eso con los trabajos, "por eso cuando ves que lo disfrutan y transmiten esa emoción al público siento la mayor satisfacción que puede sentirse". Pagés (Sevilla, 1963), dueña de una agenda repleta de giras con Duna y Autorretrato no tenía intención de ir "tan pronto" a Madrid pero "surgió la oportunidad de estar en un teatro tan especial y grande como el Español y todo encajó perfectamente".

Transmite la filosofía inspiradora que fue para ella el arquitecto brasileño (Río de Janeiro, 1907) en cada latido de sus pies y de sus manos, como ella misma dice, y en su propósito de buscar el cielo y a la vez envolverse, como una escalera de caracol, en vez de "por bulerías" pareciera que baila "por niemeyers". La artista dirige e interpreta 70 minutos de descarga energética con otros 8 bailaores y 7 músicos en una escenografía que posa en el gris del cemento y "el rojo Niemeyer" sus bases para que el cuerpo aparezca como una escultura.

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