Cultura

'Uno y uno igual a tres', el mundo de Michelangelo Pistoletto llega al CAC Málaga

  • La retrospectiva se podrá visitar hasta el 5 de diciembre

  • La muestra reúne una treintena de obras entre pintura, fotografía, escultura e instalación que recorren más de sesenta años de su producción artística

'Uno y uno igual a tres', un viaje por los espejos de Pistoletto y otras obras.

'Uno y uno igual a tres', un viaje por los espejos de Pistoletto y otras obras. / Domingo Mérida (Málaga)

Uno y uno igual a tres describe los aspectos principales del trabajo de Michelangelo Pistoletto a través de un recorrido por sus obras tomando el espejo como punto de partida. El espejo es un elemento que sigue siendo la guía principal de su trabajo desde los Quadri specchianti –Cuadros espejo– a los Oggetti in meno –Objetos de menos– pasando por las actuaciones callejeras con el grupo Lo Zoo hasta la creación de Cittadellarte en Biella, Italia. Esta exposición se podrá visitar en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) hasta el 5 de diciembre de 2021.

Michelangelo Pistoletto es uno de los artistas italianos más reconocidos internacionalmente por su constante búsqueda de nuevas relaciones entre el espectador, el objeto y la noción del tiempo además de por ser una de las figuras clave del arte italiano de los años cincuenta y uno de los impulsores y protagonistas del arte povera, en la muestra se encuentra su obra emblemática Venere degli stracci –Venus de los trapos– (1967 -2013).

Michelangelo Pistoletto retratado junto un conjunto de espejos, uno de los lugares comunes de sus obras. Michelangelo Pistoletto retratado junto un conjunto de espejos, uno de los lugares comunes de sus obras.

Michelangelo Pistoletto retratado junto un conjunto de espejos, uno de los lugares comunes de sus obras. / Domingo Mérida (Málaga)

La muestra recoge el planteamiento del artista acerca de temas que tienen en común un intento de reflexionar sobre la vida cotidiana a través del instrumento del espejo, y de llevar al arte a interactuar directamente con todos los ámbitos de la sociedad humana.

Sus obras se caracterizan por el empleo de objetos cotidianos como ropa, periódicos, madera o cartón además de los espejos, uno de los iconos relevantes de su creación, sobre los que actúa, pinta o coloca de determinada forma con el objetivo de identificar y mostrar la realidad pura.

Fue a partir de los Cuadros espejo de 1962 cuando Pistoletto evolucionó en la investigación del espejo como material y como concepto pasando por varias fases hasta el 2003 donde resumió la fórmula de la creación denominada Trinámica como fruto de una interpretación de los Cuadros Espejo, contribuyendo a cambiar la percepción de la pintura, entendida para observar y contemplar.

En la Uno y uno igual a tres se muestran una serie de autorretratos Autoritratto argento –Autoretrato de plata– (1960) y Uomo grigio di schiena –Hombre gris de espaldas– (1961), consideradas como sus primeras obras reflectantes, donde combina el efecto del espejo sobre materiales como la madera o el aluminio.

También destacan otras obras que toman el espacio como manifiesto como en Metroquadrato d’infinito –Metro cúbico de infinito– (1966-1970) compuesta por seis espejos que recrean un ambiente en el interior de un metro cúbico, donde el artista juega con la bidimensionalidad del espacio o en White Walls - Divisione e moltiplicazione dello specchio –Paredes blancas - División y multiplicación del espejo– (1973–2021) dispuesta en forma vertical debido a las características de la sala expositiva del museo, compuesta por seis módulos de dos mitades colocadas para formar un ángulo a lo largo del eje de su división desde la apertura a su cierre completo provocando que la imagen del espejo se multiplique. En esta obra el artista muestra la cualidad que solo tienen los espejos de reflejar cualquier cosa menos a sí mismos a través del concepto de espacio-tiempo.

Por otro lado, en Solidarity –Solidaridad– (2007) una serigrafía sobre acero inoxidable pulido espejo que muestra a varias personas cogidas de la mano en fila donde Pistoletto reflexiona sobre la fragmentación y fluidez de la sociedad contemporánea, en la que nuestra identidad se redefine constantemente.

El espejo en Uno y uno igual a tres actúa e interactúa de muchas formas reflexionando sobre aspectos de diversa índole como la religión, desde el punto de vista de que toda persona será juzgada ante un Dios. Pistoletto establece otra lectura y es que cada uno será auto juzgado cuando se enfrente a sí mismo como representa en Il tempo del giudizio –La hora del juicio– (2009) una instalación que aborda la espiritualidad y las principales religiones monoteístas (cristianismo, islam, budismo y judaísmo) representadas por un elemento simbólico de cada una de ellas como un reclinatorio, una alfombra o una estatua de Buda situadas frente a un espejo y dos espejos en forma de Tablas de la Ley.

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