Cultura

Miguel de Molina reposará en Málaga

  • Los restos del artista malagueño será repatriados desde Buenos Aires para instalarse en San Gabriel

El barrio de Capuchinos vio nacer en 1908 a una figura singular de la copla. Miguel de Molina decidió convertirse en artista cuando tenía 23 años y popularizó coplas como El día que nací yo, Triniá, Te lo juro yo, La bien pagá y Ojos verdes. Triunfó en Madrid aunque los mayores éxitos los cosechó en Valencia. El franquismo lo acorraló por su pasado republicano y su condición homosexual y tuvo que emigrar a Argentina. Murió en Buenos Aires en 1993 y allí fue enterrado. Ahora, en el centenario de su nacimiento, la Diputación de Málaga va a repatriar los restos del cantante. Su reposo definitivo lo hará en un panteón del cementerio de San Gabriel de Málaga.

El presidente de la Diputación, Salvador Pendón, presentó ayer el centenario por el nacimiento de Miguel de Molina junto al diputado de Cultura Fernando Centeno; Rafael Acejo, uno de los actores del musical sobre la vida de Miguel de Molina, y el director del mismo, Jacinto Esteban. El espectáculo se representará del 25 al 30 de marzo en el Teatro Alameda, y después seguirá de gira por la provincia. Rafael Acejo comentó que "el proyecto del espectáculo se fraguó hace 14 años, y lleva 12 años girando por los escenarios de toda España con un gran éxito de público, más de 500.000 espectadores han presenciado la obra. Asimismo, Jacinto Esteban, afirmó que "el éxito del espectáculo ha sido gracias a la familia y amigos que nos han proporcionado detalles de la vida de Miguel, además de tener acceso a entrevistas realizadas en vida."

El próximo febrero se darán a conocer las diferentes actividades organizadas para esta conmemoración durante el transcurso de un acto en el que se estrenará nuevamente la obra de teatro sobre la vida de Miguel de Molina. Este musical se representará también durante el mes de marzo en el Alameda y a lo largo de todo el año en diferentes teatros de la provincia.

Terminada la Guerra Civil, la popularidad de Miguel de Molina fue utilizada por el aparato propagandístico del régimen franquista y el cantante fue obligado por el general Luis Aranda a salir de gira por toda España.

Cuando Molina intentó dejar esta gira para crear un espectáculo propio en Andalucía, se produjo uno de los sucesos más desagradables y determinantes de su carrera, ya que mientras actuaba por última vez en el Teatro Pavón del Rastro, dos individuos le increparon por su homosexualidad y, terminada la gala, le obligaron a salir del camerino y le golpearon hasta el desmayo en un descampado.

Todas sus películas, discos y actuaciones fueron a partir de entonces prohibidas, así que Molina huyó a Buenos Aires en 1942.

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