Cultura

Miguel Torres revela los vínculos entre literatura y vida en 'Sintecho'

  • El escritor malagueño presenta mañana en Ámbito Cultural su nueva novela, ganadora del Premio Mario Vargas Llosa

Sintecho, la última novela del escritor Miguel Torres López de Uralde (Málaga, 1966), y que acaba de publicar la editorial Reino de Cordelia, es, en esencia, la historia de un tipo que quiere escribir una novela. Así que, en gran medida, el autor ejerce en sus páginas una cierta exégesis del oficio al que ha dedicado ya seis novelas y diversos relatos, sin dejar de hacerlo, irremediablemente, de la misma vida. La firme decisión de cumplir su deseo saca al protagonista de su mundo previsible y estable y lo traslada a otro, que arranca en el degenerado barrio de la Goleta y la Avenida de Fátima y continúa en diversos y variopintos paisajes marcados por la mendicidad y la exclusión social, el extraño caso de la desaparición de una niña, mujeres imposibles, apartamentos sin muebles y demás ingredientes que convierten a Sintecho, merced además a su esmerado uso del lenguaje y a una estructura caleidoscópica vertida en dos planos narrativos muy distintos, en un verdadero festín para los amantes de la buena literatura. Así lo entendieron los miembros del jurado de la última edición del Premio Mario Vargas Llosa (entre los que figuran Soledad Puértolas, Juan Jesús Armas Marcelo y José María Pozuelo Yvancos), que acordaron conceder el galardón a Miguel Torres. Mañana viernes, el autor presenta la novela en Ámbito Cultural de El Corte Inglés a las 19:30.

Apunta Torres que los libros voluminosos todavía le imponen respeto: "Cuando llego a las 230 páginas no tengo más remedio que pensar en el lector". Para Sintecho, por tanto, emprendió una abultada poda hasta alumbrar una arquitectura aparentemente ligera pero repleta de recovecos y sorpresas. Para el escritor, lo que no se cuenta "tiene una importancia fundamental, ya que es ahí donde más puede intervenir el lector al completar los huecos". Y así, al igual que en otras novelas anteriores de Torres como Escucha mi silencio y Los que esperan, es una línea cercana al thriller la que ensambla los acontecimientos, "pero de una manera muy sutil. Al final no importa tanto que el caso se resuelva o no, porque aunque el thriller sirva para ganarse al lector, la novela es otra cosa. Siempre tiro del enigma". También aborda Miguel Torres, y en esta ocasión por primera vez, una cierta temática social. Y sí, Sintecho puede ser una novela sobre la crisis, "pero más sobre una crisis moral, más amplia que la económica". Lo que sí es con seguridad Sintecho es una "novela de emociones". Y un espejo que refleja el modo en que la literatura puede permitir al lector (y al escritor) acceder a parcelas de la realidad que, de otra manera, son habitualmente ignoradas y hasta repudiadas, como la indigencia.

Miguel Torres se acuerda de Antonio Muñoz Molina al recordar que "la mala literatura nos invade por todas partes" y que los escritores tienen una responsabilidad al respecto. Aquí está el remedio.

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