Cultura

Mirando por un agujerito en la pared

Reino Unido, 2011, Thriller, 88 min. Dirección: Antti Jokinen. Guión: A. J, Robert Orr. Intérpretes: Jeffrey Dean Morgan, Hilary Swank, Christopher Lee, Lee Pace, Aunjanue Ellis, Michael Massee, Penny Balfour, Peggy Miley. Música: John Ottman. Fotografía: Guillermo Navarro. Cines: Vialia, Rosaleda, Plaza Mayor, Málaga Nostrum, Rincón de la Victoria, El Ingenio, Miramar, La Verónica, La Cañada y Gran Marbella.

A Hitchcock le basta un plano -un ojo iluminado por la luz del cuarto que espía a través de un agujero en la pared- para definir la perversión de un personaje y centrar una historia. Ese único plano, en sí mismo, es una historia. Porque la imagen tiene el desconcertante poder de hacer hablar a las cosas para que nos cuenten historias sólo con su mero aparecer. Al ordenarse a través del montaje el plano cinematográfico es la parte de un todo narrativo al que se ordena a la vez que, cuando alcanza una gran fuerza expresiva, tiene el poder de condensar en sí toda esa narración.

No se le puede pedir esta maestría a todos los cineastas (ni tanto aguante a los espectadores: sería agotador ver únicamente obras maestras), pero sí oficio. Como el que demostró Terence Young en Sola en la oscuridad o el que el maestro John Schlesinger -en aseada ropa de casa comercial- demostró en De repente, un extraño. No es el caso de Antti Jokinen, un finlandés que no lo parece (globalización de la estupidez) y otro pega planos que salta al cine tras haber realizado videos para Celine Dion, Anastacia o Thalia.

Doctora traumatizada busca piso tras ser engañada por su pareja. Propietario apuesto y amable le ofrece una estupenda habitación con vistas. Aquí hay gato encerrado. Si hemos citado el ojo hitchockiano que mira a través del tabique y la casa nueva de Schlesinger que se convierte en infierno, saquen sus conclusiones sobra la naturaleza del gato.

Hilary Swank está bien, en todos los sentidos. Jeffrey Dan Morgan hace correctamente de doble de Bardem. Aparece unos minutos Christopher Lee, lo que siempre se agradece, porque esta película forma parte de un proyecto de recuperación de la productora Hammer, que tan buenos ratos nos hizo pasar en cines de barrio y de verano con sus vampiros, momias y doctores majaretas. Dos títulos más tan flojitos como éste y la veterana productora no levanta cabeza.

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