El Mupam acoge una retrospectiva de Andrés Mérida con más de 100 obras

El Museo del Patrimonio Municipal (Mupam) acoge desde ayer jueves y hasta el próximo 20 de noviembre una exposición retrospectiva del pintor Andrés Mérida, en la que reúne un centenar de obras procedentes de colecciones privadas de distintas ciudades, entre las que se encuentra la obra Maestro real, propiedad del Rey Juan Carlos I. La exposición, El juego más serio del mundo. La pintura de Andrés Mérida (1981-2011), fue presentada ayer por el concejal de Cultura, Damián Caneda, acompañado por la vicepresidenta de la Fundación Málaga Celia Carrión Fuentes, el director de la misma, Pedro Martín-Almendro; el comisario de la muestra, Antonio Garrido y el propio pintor. Está organizada conjuntamente por la Fundación Málaga y el Ayuntamiento.

De esta forma, la muestra recorre la trayectoria artística de Mérida desde sus comienzos a la actualidad, revisando sus diferentes etapas y mensajes, así como la pluralidad de registros en los que se mueve el pintor: los toreros, el mar, el flamenco, los caballos, la luna, los verdiales, los paisajes o los retratos. El estudio de la obra ha sido realizado por el profesor Antonio Garrido, en el que hace un recorrido por los 30 años de trabajo del artista. Según explicó, "en la pintura de Andrés hay poesía, profundo lirismo y arte, que todo es lo mismo y diferente. Existe humor, ironía, técnica depurada y una mirada especial a los referentes". El catálogo se presenta en una edición bilingüe español-inglés.

El pintor Andrés Mérida es gaditano (Algeciras, 1964). Desde temprana edad tuvo inquietud por el dibujo, pero no fue hasta los primeros años de la pubertad cuando empezó a sentir la verdadera pasión por el arte. Con seis años, su familia se trasladó a Málaga, donde comenzó su etapa de formación primaria en el Colegio Cerrado de Calderón. Una vez terminado el Bachiller Superior, inició su formación académica en la facultad de Bellas Artes de Sevilla (1983-1988). Tras su vuelta definitiva a Málaga, el artista comenzó una nueva etapa en la que combinaba la pintura con el trabajo en la empresa de su padre, aunque durante estos años no dejó de exponer en ningún momento. A partir de 2007, el artista comenzó su andadura por Centroamérica, y en octubre de 2009 inauguró en el Instituto Cultural Cabañas, monumento ubicado en Guadalajara (México).