El Museo Picasso se rinde ante el surrealismo de Max Ernst
Exposición La 14ª exposición del centro se podrá visitar hasta el 1 de marzo de 2009
Una muestra se acerca al atormentado y singular universo del artista alemán a través de 57 creaciones en las que está presente la pintura, el grabado, la escultura y el 'collage'
La insaciable avidez en la búsqueda de otros lenguajes expresivos acercó a Picasso a la vanguardia y el surrealismo fue uno de los caminos que indagó, como comentó ayer la consejera de Cultura, Rosa Torres. Por ello, el museo malagueño que lleva su nombre y que reivindica la figura del genio para su ciudad natal desde hace cinco años ha querido cruzar una puerta de alas de mariposa y perderse en los sueños de "la mente más magníficamente atormentada que pueda existir", como dijo André Bretón del alemán Max Ernst. Ésta es la primera vez que el Museo Picasso Málaga (MPM) dedica una exposición individual a un artista que no es el titular de la institución. Grabados, óleos, libros ilustrados, esculturas y collages de la Colección Würth componen esta muestra que se inauguró ayer y que se podrá ver hasta el 1 de marzo de 2009.
En unos espacios transformados para la ocasión, pintados de un gris tan intenso que sumerge al espectador de lleno en un mundo onírico, "en las oscuridades del subconsciente", se exponen 57 creaciones formadas por unas 175 piezas de un "artista transgresor y enormemente singular, como lo es Picasso", dijo Torres en la presentación en la que también estuvieron Christine Ruiz-Picasso y la directora adjunta del Museo Würth de Alemania, Beate Essen-Schwedler. Su personalidad exaltada y rebelde y una imaginación desbordante fueron aliados imprescindibles para llevar a cabo una trayectoria creativa que recoge la colección alemana y que desde ayer se puede ver en la pinacoteca. Comenzando por el dadaísmo hasta sus últimos años, la muestra recoge sus principales obsesiones, en cuanto a técnicas y temáticas se refiere.
El recorrido de la muestra titulada Más allá de la pintura. Max Ernst en la Colección Würth comienza con su gran obra dadá, una serie de ocho litografías muy inspiradas en De Chirico y en las que se habla de la muerte del arte y la larga vida de la moda. La creación de Max Ernst tuvo presencia en la primera exposición que Bretón realizó sobre el surrealismo. Sin embargo y debido a la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias, hasta 1922 no pudo viajar a París. Su traslado a la capital francesa fue decisivo en su producción artística.
Entabló amistad con el poeta Paul Éluard e ilustró algunos de sus libros, como Repeticiones, en 1922, momento de transición entre su etapa dadá y el surrealismo, que ya afrontaría de manera determinante dos años después. De esta época se muestran algunos lienzos con los que trata de romper los límites "y hace una obra escultórica, un relieve con texturas innovadoras", comentó Bernardo Laniado-Romero. En 1929, en su afán por transgredir los límites establecidos, inventa un género, la novela collage, una de las creaciones más importantes del surrealismo. "Nos cuenta una historia a través de imágenes que en algunos casos parecen inconexas y en las que están muy presentes la irreverencia, la ironía y la sexualidad", explicó el director del museo y comisario de la muestra.
Para los collages anteriores a la Segunda Guerra Mundial, Ernst utilizó referencias victorianas, libros y manuales del siglo XIX, "imágenes convencionales que el artista transforma y pone patas arriba, descontextualiza lo que ya existe y tiene una función para dotarlo de una historia nueva", añadió Laniado-Romero en la visita guiada a la prensa. Poco antes de los años 30, concibió sus célebres frottages, dibujos creados tras frotar carboncillo en el papel sobre una superficie de texturas sugerentes, como la madera, una hoja o la piel de un animal. La botánica, la geología, la ciencia, las matemáticas, la magia, los mitos y el folclore, la astronomía... todo parecía fascinar a este artista autodidacta que estudió Filosofía, Psicología e Historia del Arte.
Pero los pájaros estuvieron especialmente presentes en su imaginario. También sus vivencias "traumatizantes" en la guerra -sirvió durante cuatro años en el ejército alemán- se volcaron en lienzos como La horde, muy cercano a la pintura negra de Goya. "Existe una ansiedad y un desasosiego constante en su obra", subrayó el director del Museo Picasso, que destacó la unión de pintura y poesía en las obras de Ernst, también escritor.
En un recorrido cronológico, la planta baja de las salas temporales está dedicada a su producción tras la Segunda Guerra Mundial, periodo en el que "hay un cambio dramático, deja de lado ese tipo de collage y trabaja con formas mucho más sueltas", señaló Laniado-Romero. Amebas, cabezas de pájaros, figuras alucinógenas, "casi de ciencia ficción", resultan de su intervención directa. Ya no mezcla elementos ya existentes en un cóctel absolutamente propio, ahora parte de cero y se involucra aún más en la obra.
La exposición se cierra con una gran escultura de arenisca, El gran hermano, una cabeza de líneas esquemáticas que parece escrutar con seriedad todo lo que tiene a su alrededor. "Este heterogéneo conjunto nos acerca a la fascinante creación del artista, diez años más joven que Picasso y uno de los mayores ilustradores del siglo XX", comentó el director del centro.
Ernst defendía su trabajo como "dictados de su subconsciente", comentaron los organizadores de la muestra, algo que le hizo ver la pintura "con el ojo espiritual" y así presentar al espectador un reto y un enigma a la vez. Al igual que Picasso, Ernst defendió el "yo no busco, yo encuentro" y esa fue su particular manera de crear un cosmos completamente nuevo. "Es una exposición muy apropiada, muy afinada, en la que se pueden ver obras elementales y representativas de este genio que, como artista de un movimiento revolucionario, quería desmitificar su trabajo", comentó Christine Ruiz-Picasso.
La colaboración con la Colección Würth hará posible que viaje hasta Alemania una selección de los fondos del Museo Picasso Málaga. Aún la fecha está por determinar y la lista de piezas por cerrar, pero según los responsables de la pinacoteca, la muestra estará formada por una selección de obras sobre papel y cerámica, además de fotografías sobre Picasso.
ACTIVIDADES PARALELAS
La muestra Más allá de la pintura. Max Ernst en la Colección Würth se completa con una serie de actividades paralelas. La pinacoteca ha editado un catálogo en español y otro en inglés que incluye textos del propio Ernst así como dos ensayos de Werner Spies, experto en la obra del alemán que también participará en el ciclo de conferencias que pretende desentrañar la figura de este provocador y que está organizado con la colaboración de la UMA y el Centre allemand d'histoire de l'art de París. La Sala de Proyecciones mostrará durante el horario de apertura del museo el documental Max Enrst. Mi vagar, mi desasosiego, dirigido por Peter Schamoni y que ofrece una visión personal de su propio trabajo. El cine de Buñuel también tendrá presencia en la programación paralela.
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