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Nueva Zelanda del alma

  • La alemana Christiane Gohl regresa bajo su exitoso pseudónimo de Sarah Lark con 'Bajo cielos lejanos', una novela que presenta mañana en Luces

La escritora Sarah Lark.

La escritora Sarah Lark.

Sarah Lark, Ricarda Jordan, Elisabeth Rotenberg o Christiane Gohl, eso no importa. Lo trascendente es el regreso al universo fetiche. Nueva Zelanda vuelve a los ojos de los lectores de, en este caso, Sarah Lark, el pseudónimo de esta alemana afincada en Almería. Las demás mujeres son ella también, una gran familia que le ha reportado miles de libros vendidos en todo el mundo. Incapaz de dejar de escribir desde su niñez, cuenta con más de una veintena de novelas. Eso sí, si se cansa, siempre puede cambiar de pseudónimo y de género literario.

El nombre real de esta mujer es Christiane Gohl, quien firmara la exitosa trilogía En el país de la nube blanca y que ahora viaja desde su finca en el desierto almeriense hasta la librería Luces de Málaga (Alameda Principal, 16), para presentar (mañana jueves a las 19:00) su nueva novela, Bajo cielos lejanos. En ella regresa los paisajes de Nueva Zelanda, territorio de naturaleza tan fértil como sus ideas. En el libro, esta autora aficionada como lectora al género negro y "sobre todo a Stephen King", narra la historia de una periodista alemana que regresa a Nueva Zelanda, donde vivió y se crió, para darse de bruces con la imperiosa necesidad de conocer más acerca de su pasado. Allí descubrirá la existencia del diario de una joven maorí del siglo pasado, cuya "dramática historia tiene una profunda influencia sobre los hechos del presente".

Nueva Zelanda tiene una naturaleza única, su flora y su fauna son impresionantes"

Dice la autora que no tiene recetas para lograr que un libro, más allá de ese género difuso como tal, sea un best-seller. Sencillamente, afirma, "hay que ofrecer una buena historia". Y si, como en su caso, se intercalan varias protagonistas, la narración "se enriquece y atrapa a todos los tipos de lector". Gohl -o Lark- tiene la tinta en femenino y confiesa que cada una de sus chicas tienen por supuesto un poquito de ella. Debe de ser enriquecedor tomar un café con alguien tan repleto de álter egos.

Cabe explicar que la elección de los distintos pseudónimos tiene una explicación en clave alemana: normalmente, en ese país cada escritor tiene uno por cada género que trabaja, ilustra Gohl, aunque a ella esto le parece "una tontería" porque si sus lectores "saben enfrentarse a un libro de 800 páginas", pueden leer cualquier tipo de género.

La escritora tiene una vida que para muchos resultaría el paraíso en la tierra. O en el desierto. Su otra pasión, además de la de crear historias, son los caballos. Y a ellos se dedica en su finca: los recoge, los cuida, los cura y los monta. Cualquiera pensaría que la autora toma de este tipo de vida su inspiración o, al menos, los momentos adecuados para enfrentarse a la escritura. Pero nada de eso, ella es capaz de "escribir en cualquier parte", no necesita un "lugar especial" ni hay discriminación si la voz de, este caso los maoríes, llegan a su cabeza. "Esta no es una novela histórica completa, también suceden cosas en el presente", explica Gohl/Lark, que en cada una de sus obras intenta acercarse a las raíces de los mapas que visita.

Nueva Zelanda, dice al respecto del exótico escenario Bajo cielos lejanos, "tiene una naturaleza única, su flora y su fauna son impresionantes". Además, en este libro se se acerca a la historia colonial de la isla. Leyendo las novelas de Lark, podría dar la impresión de que la escritora vive en nuestras antípodas, pero nada más lejos de la verdad. Ella ama el desierto, es su "hábitat natural", señala, pero no por ello deja de viajar a aquellas islas donde vive el kiwi -el emplumado- y para la documentación de sus novelas elige normalmente internet. "Nueva Zelanda tiene muy bien documentada su historia, se han encargado de que sus hijos la conozcan", dice Gohl.

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