Casi una década antes de la inauguración del CAC Málaga, cuando aún no existían ni el Museo Picasso, ni el Thyssen y el arte contemporáneo era visto todavía con bastante recelo, en la pequeña localidad de Genalguacil surgió una idea que, aunque podía parecer efímera, ha resultado de tal éxito que hoy es motor económico de este pueblo de algo más de 500 habitantes. Se cumplen 20 años de los Encuentros de Arte de Genalguacil, en los que artistas de diversas disciplinas crean sus obras en y para el pueblo. Para celebrarlo se ha contado con el programa más ambicioso de sus dos décadas de historia. Once proyectos han sido seleccionados de entre 95 presentados para convertir nuevamente las calles del municipio en un verdadero taller.

La Diputación de Málaga apoya este evento de carácter internacional con 80.000 euros y 150.000 euros más para el Museo de Arte Contemporáneo, por lo que el presupuesto del evento oscila entre los 100.000 y 120.000 euros. Un jurado de expertos de reconocido prestigio coordinados por el artista plástico Fernando Bayona ha sido el encargado de seleccionar a los artistas que abarcan casi todas las disciplinas y planteamientos estéticos. "Los creadores elegidos son bastante sintomáticos de los derroteros artísticos en los panoramas nacional e internacional del arte", explicó ayer en la presentación Fernando Bayona.

El 31 de julio llegarán los participantes a Genalguacil y recorrerán el pueblo para buscar el enclave perfecto para sus trabajos. El 1 de agosto comenzarán sus creaciones, que estarán terminadas en la segunda semana para que tanto los vecinos como el público visitante pueda disfrutarlas. Los conocidos Juan Francisco Casas, con sus retratos realizados a bolígrafo, y el provocador Eugenio Merino, aúnan por primera vez sus trayectorias en un proyecto común, un mural de grandes dimensiones. Tamara Feijoo, por su parte, explorará la relación del ser humano con la naturaleza con la realización de dibujos sobre muro y papel en Los jardines quebrados.

La Cabeza de calavera de Juan Zamora propone la realización de un dibujo sobre el tejado de una de las casas del pueblo, por lo que sólo podrá ser contemplado desde el torreón del museo de la localidad o a través de internet mediante programas como Google Maps o Earth. Antonio Montalvo planteará la producción de una pintura al óleo de gran formato con el título Cenizas y Antonio Fernández Alvira creará una escultura-maqueta de un decorado de teatro para la que usará tan sólo acuarela sobre papel.

Las malagueñas Alba Moreno y Eva Grau y su obra Gemini proponen dos estructuras de madera cubiertas de placas de espejos para generar un bloque reflectante y captar mediante la fotografía esa distorsión de la realidad. Daniel Silvo, por su parte, propone con Vestigios un taller gratuito en el que ciudadanos de todas las edades realicen copias de obras de arte contemporáneo. Teatrorum de la madre tierra es la propuesta de José Luis Serzo que contendrá un teatro circular a modo de escenografía y una escultura hiperrealista en su interior.

María Bueno buceará en el recetario del Valle del Genal y lo plasmará en cuatro murales y Nekane Manrique pretende crear en Equilibrio varias obras pictóricas sobre lienzo partiendo de las imágenes fotográficas de una inicial clase de yoga realizada con los vecinos. De todas, "la que será la apuesta más arriesgada", según consideró Bayona, es Composición en forma de escape para cuatro dispositivos móviles y un monte, de Félix Fernández. Este trabajo interdisciplinar mezcla performance y vídeo para explorar la dependencia tecnológica del individuo.

"Genalguacil se convierte en referencia para el arte en verano", dijo ayer el presidente de la Diputación, Elías Bendodo. El alcalde del municipio, Miguel Ángel Herrera, destacó también la implicación absoluta de todos los habitantes en lo que ya es "el día a día" de un pueblo hecho arte.