Con una disposición libre y genuina, más arrimada a su esencia, se presentó el miércoles el cantante y compositor malagueño Pablo López en el Auditorio Starlite de Marbella, donde actuó por segunda vez dentro del festival para volver a conquistar al público que había agotado las entradas sin demasiadas contemplaciones. "¡Buenas noches, Starlite, gente bonita! Yo ya tengo experiencia en Starlite, pero estoy acojonado igual", sentenció el artista ante un aforo entregado de antemano y antes de brindar al respetable canciones coreadas con entusiasmo como El Camino, El Niño y La Mejor Noche De Mi Vida. "Dame luz para ver a la gente", pedía acto seguido para que se le iluminase el Auditorio y los fans se hiciesen visibles a sus ojos. 

Acompañado en el escenario por músicos cómplices como Antonio Cano y su propio hermano, el DJ Luigi López, y sin dejar de acercarse al público en cada envite para mantener el clima bien álgido, Pablo López dio una verdadera lección de energía y virtuosismo al piano y confirmó su madurez como intérprete. Así, fue hilando grandes éxitos de su carrera como Dos Palabras, Hijos del Verbo, El Gato, El Incendio y El Patio; así hasta El enemigo, una de las canciones más esperadas, que interpretó a flor de piel a modo de conclusión inolvidable.