Pánico en el 'Dakota' malagueño

El director malagueño Pablo Accino rueda estos días en La Equitativa su segundo corto, 'Jaque', una cinta de terror de regusto clásico protagonizada por Rocío Peláez y Alfonsa Rosso, aunque la estrella es el edificio

Rodaje del cortometraje 'Jaque', ayer, en La Equitativa.
Rodaje del cortometraje 'Jaque', ayer, en La Equitativa.
Pablo Bujalance / Málaga

09 de septiembre 2010 - 05:00

A la voz de "corten", Pablo Accino deja los auriculares junto al monitor en el que ha seguido la toma. "Éste es nuestro Dakota", afirma después de pedir una segunda a los técnicos. Eso sí, a diferencia de Roman Polanski en La semilla del diablo, este malagueño de 25 años demuestra pasárselo en grande durante el rodaje. Y eso que el interior de La Equitativa parece la localización idónea para una película de terror como Jaque, el corto que Accino rueda durante esta semana íntegramente en el interior del edificio malagueño más emblemático después de la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro. Sólo una escena transcurre en el salón de uno de los pisos vacíos: el resto de los doce minutos de metraje se resuelve en la escalera, tétrica, revuelta hasta el infinito, llena de humedades y desconchones. Un rodaje en vertical. Como pintado para una pesadilla de más que desagradable recuerdo.

Jaque es el segundo cortometraje de Accino, que debutó en el medio cinematográfico con Inquietud, protagonizado por Virgina Nölting, tras ganar el certamen de ayudas a la producción Corto Joven del Ayuntamiento de Málaga (este año ha colaborado además como auxiliar de dirección en el corto de Nacho Albert El jinete austero). El mismo Accino firma el guión junto al cantautor Nacho Artacho, mientras que la banda sonora corre a cargo de Miguel Pérez. El reparto cuenta con rostros populares por su presencia televisiva como los de Rocío Peláez y Anmi Lámar además de la veterana Alfonsa Rosso, que, aunque debe también buena parte de su trayectoria a la televisión (y al cine, de la mano de Pedro Almodóvar en Volver y Miguel Albaladejo en Nacidas para sufrir, entre otros muchos), ha desarrollado una amplia y fecunda trayectoria en el teatro. La verdadera estrella es, no obstante, La Equitativa: por sus entrañas se mueve estos días un equipo de más treinta personas, entre los que destacan el director de fotografía César Hernando (colaborador habitual del citado Miguel Albaladejo), el director de arte Adrián Bachiller y la ayudante de dirección Rocío Sepúlveda. Los recovecos de esta arquitectura en la que el tiempo parece haberse hecho gigante desde su construcción en 1956 ofrecen el verdadero corpus a una historia inspirada en el mito del Minotauro (la misma Ariadna, encarnada por Rocío Peláez, sostiene la mayor parte de la acción) y que tiene sus referentes, según Accino, en los episodios de series de televisión como Hitchcock presenta, La dimensión desconocida e Historias para no dormir; no obstante, Accino no rechaza el magisterio de directores como Robert Wise, Jacques Tourneur y el mismo Alfred Hitchcock a la hora de cincelar su mirada al registro más clásico del género fantástico.

Con la producción de Maula Films, Accino ha contado con un presupuesto de 12.000 euros para su segundo proyecto, aunque espera encontrar nuevos inversores cuando termine el rodaje, mientras acomete las tareas de montaje entre Málaga y Sevilla. Metido de lleno en cada plano, ha decidido sin embargo dedicar estos días exclusivamente al rodaje y dejar para después del mismo todo lo referido a la postproducción. "Nos gustaría presentar el corto en festivales dedicados al género fantástico, pero somos conscientes de que algunos certámenes como el Ficcab [Festival Internacional de Cortometrajes y Cine Alternativo de Benalmádena, recientemente reconvertido en bienal] tienen serios problemas económicos, así que sabemos que será difícil. También nos gustaría estrenar la película en algún cine malagueño, en el Albéniz o el Alameda, que habitualmente acogen proyectos de este tipo. Por eso estamos empleando la tecnología apropiada para ello", apuntó ayer el realizador.

Accino afirmó que le resultó muy sencillo contar con La Equitativa para el rodaje. "Fuimos a hablar con el propietario y, tras algunas reservas, lo puso todo a nuestra disposición". Difícilmente habrían encontrado un mejor plató.

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